ORANGETTES

Muy buenos días golos@s!
¿De verdad creíais que os había abandonado y me había fugado a una isla   tropical?  Pues no caerá esa suerte…. yo sigo aquí como siempre, con un poco más de relax entre recetas eso sí. Ya os dije que no podía continuar con el ritmo de una semanal y que iba a tomármelo con más calma, pero de allí a abandonaros …no! Ni loca!
Durante éstos días he tenido tiempo de mirar, buscar y probar un montón de recetas y técnicas distintas… y lo cierto es que tenía ganas de compartir con vosotros un dulce que está riquísimo y que es cosa fina, fina! Mirando por la red maneras de tratar la fruta para los postres di con una receta que me inspiró: son las orangettes (supongo que el nombre viene del francés), que no es otra cosa que la piel de naranja confitada, pero ya que tiene su propio nombre pues lo utilizamos, no? 😜
Seguro que siempre has pensado (como yo, no te voy a engañar), que la piel de la naranja no sirve y se deshecha a la basura. ¡Error! Puedes utilizarla para hacer éste dulce tan exquisito. Su preparación no es nada complicada, pero si que requiere de tiempo porqué es un proceso un poco largo. Lo bueno es que solo vas a necesitar muy poquitos ingredientes, que son:

  • 3 naranjas
  • 300 gr de azúcar
  • 300 ml de agua
  • chocolate negro

Antes de empezar a cocinar, te recomiendo que laves muy bien las naranjas. La piel es lo que está en contacto con los fertilizantes, los pesticidas y demás productos que se usen en el campo. Por muy ecológicas que las compres…. limpia a fondo ésa piel, si puede ser con un cepillito mucho mejor! No quiero que haya ningún susto.
Ahora que ya tenemos la materia prima bien limpia, pela las naranjas. Si cortas los extremos y marcas con el cuchillo varios gajos, puedes hacerlo con la mano y así no se van a romper. No te preocupes por la parte blanca, que en éste caso no nos va a amargar. Luego hay que cortar en tiras la piel y exprimir el zumo de una de las naranjas que guardaremos para después. corte piel

Pon en un cazo todas las tiras de piel y cúbrelas con agua. Ponlo al fuego y cuando empiece a hervir, cuécelo a media potencia entre 5-7 minutos. Después hay que enjuagarlas con agua fría. A éste proceso se le llama blanquear y es lo que va a quitar el amargor a la parte blanca. Para las orangettes hay que repetir éste paso 3 veces más, siempre cambiando el agua. Es decir en total lo habremos blanqueado en 4 ocasiones, si?

Después debemos preparar un almíbar para poder confitar las pieles. Pon en un cazo el azúcar, los 300ml de agua y el zumo de naranja exprimido y llévalo a ebullición hasta que el azúcar quede totalmente disuelto. Es momento de añadir las pieles y bajar el fuego a medio gas, y se va a dejar tapado y cociendo durante al menos una hora entera. Sabremos que ya están listas cuando el almíbar tenga aspecto de jarabe denso. Para entonces, deja enfriarlo todo y cuando esté completamente frío pon las tiras encima de una rejilla para dejar escurrir el exceso de almíbar.  confitadaAquí es donde se necesita más tiempo, porqué debe estar bien seco. Así que mejor déjalo durante la noche entera y al día siguiente continuaremos. Eso sí, el almíbar sobrante lo puedes colar y guardar en un tarro para  dar sabor a futuros postres.
Sólo queda elegir la manera de presentar nuestro dulce. Hay dos formas clásicas: con azúcar o con chocolate. ¿Y cual crees que he escogido yo 😜? Por supuesto cubiertas con chocolate negro. Ésta vez tenía en la despensa una tableta de chocolate del 85% de cacao, que iba perfecta en combinación con el sabor de l naranja. Lo que he hecho es fundir el chocolate al microondas (en tandas de 30 segundos aproximadamente) y sumergir una a una las orangettes. Lo he puesto sobre una bandeja de horno y lo he dejado enfriar completamente en la nevera, hasta que se ha solidificado del todo el chocolate. Y a disfrutar!!!!

orangettes

La otra opción es «rebozarlas» en azúcar (que tanto puede ser del normal, que les dará un toque granuloso, o bien con azúcar glas para que tengan un aspecto mate). Como la piel de naranja está confitada, y es una excelente forma de conservación, si se guardan en un bote hermético van a aguantar un montón de tiempo. Pero también puedes elegir guardarlo en el jarabe en el que se ha cocido, para decorar alguna tarta o unos cupcakes…lo que sea. La cuestión es que puedes aprovecharlo más adelante 😛. Ya sabes lo que digo: lo importante es endulzar el día, no hace falta que haya una excusa para ello. Hasta la próxima golos@s!

SURTIDO DE BOMBONES

¿Habéis tenido un feliz día de San Valentín tod@s?
Ayer 14 de febrero, día internacional del amor, las parejas se hacen regalitos para demostrarse lo mucho que siguen enamorados. Pero también hay que celebrar otros amores igual de importantes que el de pareja: está el amor incondicional de unos padres a sus hijos (y al revés); entre hermanos, entre amigos, entre tú y tu mascota o simplemente el amor propio.
Hay regalos muy típicos que pueden gustar o no, pero creo sinceramente que unos bombones siempre son un acierto. El chocolate nos gusta a todos: a unos nos va más el oscuro por su toque amargo y en cambio hay otros que prefieren el dulzor del blanco. Por eso, las chocolaterías quieren sorprendernos cada año con un toque diferente. Y es que hay muchos ingredientes que combinan a la perfección con el chocolate, algunos de ellos incluso pensarías que son una aberración de la naturaleza, pero en cuanto lo pruebas…. mmmm.
Siempre he pensado que el día de San Valentín es un día para sacarnos el dinero, un día completamente comercial ya que se puede celebrar el amor todos los días del año. Pero también es cierto que aún creyendo eso, cada año he acabado celebrándolo con un toque dulce. Y éste año no iba a ser menos! Así que he decidido preparar un mini- surtido de bombones sorprendentes, con 4 variedades distintas.

Surtido bombones
Os voy a ir diciendo como he realizado cada uno de ellos, pero aquí os digo los ingredientes que he necesitado para hacerlo todo:

  • 300 gr de chocolate blanco
  • 200 gr de chocolate negro
  • 2 cucharadas de mermelada de fresa
  • 20 gr de copos de maíz dulce
  • Sal y pimienta

Como casi siempre me he complicado un poco la vida y he basado mis bombones en dos ganaché clásicos: uno blanco y uno negro. Aunque ya os contaré en otro post los secretos del ganaché, solo digo que se preparan de manera distinta. Y a partir de aquí….empiezo con el montaje de cada uno de los bombones! Pero después de ver que con los ganaché no cuajaban, al final los he hecho con el chocolate derretido, sin más. No os compliquéis tanto, que el resultado en sabor es igual.

Corazon b-n (1)Corazones bicolor:
Son los más sencillos de los cuatro. Con un molde de corazones, he rellenado el fondo con el chocolate blanco y lo he dejado en el congelador unos 20 minutos. Luego he acabado de rellenarlos con el negro y lo he vuelto a dejar congelando.

Lingotes crujientes:Lingotes
He cubierto el fondo de los moldes con una capa de chocolate negro y lo he congelado unos 20 minutos. Después he puesto otra capa con chocolate blanco y lo he puesto de nuevo en el congelador por 20 minutos más. Mientras he ido preparando el relleno crujiente: he machacado los copos de maíz dulce (vamos, los cereales de toda la vida…) y lo he mezclado a partes iguales con 1 cucharada de cada de los dos chocolates. Como si estuviera haciendo unas piedras de chocolate. Lo he repartido en los diferentes moldes y lo he acabado cubriendo con otra capa de chocolate blanco….y al congelador de vuelta.

Florecillas rellenasFlores rellenas:
Con un molde de florecillas, he hecho una capa de chocolate blanco y lo he dejado 20 minutos congelándose. Con la ayuda de una cucharilla de café he ido poniendo mermelada de fresa (para que quedara un poco más fluida la había calentado previamente 😉 ). He cubierto con otra capa de chocolate blanco y se han vuelto al congelador.

Semi-esferas picantes:Esferas con sal
Ésta puede ser la variedad que os sorprenda más, pero es una delicia. He cubierto los moldes con una capa del chocolate negro y lo he congelado durante unos 20 minutos. Con el que aún me quedaba, lo he dividido en dos partes. Y en una de ellas he puesto una cucharita pequeña de pimienta negra molida y un poquito de sal. Si si….lo has leído bien: sal y pimienta. Lo he mezclado hasta asegurarme que estuviera bien homogéneo y he hecho una capa con ello como de relleno. Y por último lo he acabado cubriendo con el resto del chocolate negro.

No es necesario disponer de moldes específicos para chocolate, con cubiteras de silicona ya hay suficiente. Os recomiendo que para no se hagan burbujas interiores es mejor sacudir el molde y darle unos golpecitos antes de ponerlo a congelar. Dependiendo de lo fuerte que esté el congelador, deberías poder tenerlos listos en un par o tres de horas. Pero es mejor hacerlo con tiempo para asegurarnos que han solidificado bien. Si los hubiera hecho con el ganaché se derretirían rápidamente.
Es un postre para todos, grandes y pequeños. Y los más peques de casa también pueden ayudar a preparar. Comprar una caja es muy sencillo, pero con un surtido de bombones caseros quedarás estupendamente. Tanto para regalar a alguien como para comértelos tú sol@ porqué te quieres un montón. Lo importante es darle un toque dulce al día. Hasta la próxima golos@s!

PIEDRAS DE CHOCOLATE

Muy buenas!
Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo, y es que ya estamos terminando noviembre! Y en cuanto nos demos cuenta ya estaremos en navidades…. pero queda por delante todo un mes, que suele estar muy ocupado con cenas de todo tipo: de compañeros del gimnasio, amigos, del trabajo… Y seguro que en algún momento te tocará a ti cocinar. Y es muy fácil a estas alturas del año comprar cualquier dulce en la tienda, porqué no será por variedad! Turrones, alfajores, barquillos, polvorones, bombones… Aunque yo siempre prefiero algo casero, ya lo sabes.
Pero con ésta receta no te voy a hacer perder demasiado tiempo en la cocina, ya que a parte de ser muy, muy fácil de preparar, es también rápido, económico y con un resultado fabuloso, y que hasta los mas peques de casa pueden echarte una mano al hacerlas. Es más, en muchos sitios nos cobran un dineral por una elaboración tan sencilla (será por la calidad de los ingredientes, supongo…), y que se considera un pequeño pecado. Se tratan de unas piedras de chocolate blanco y de chocolate negro. Yo te digo como las he preparado ésta vez, con lo que tenía en mi despensa, aunque siempre es posible realizar cambios. He utilizado lo siguiente:

  • 100 gr de chocolate blanco
  • 100 gr de chocolate negro
  • 70 gr de nueces
  • 50 gr de copos de maíz
  • 20 gr de copos de avena
  • 1 mandarina

Pon atención, que arrancamos!
Para hacer las rocas blancas he escogido los frutos secos, en éste caso las nueces, pero pueden ser almendras, pistachos, avellanas…lo que más te guste, como si quieres hacer un mix… Sólo ten en cuenta que el fruto seco que elijas debe estar tostado; si no lo está, deberás tostarlo tú. Te digo como: después de romperlo en trozos más pequeños en un mortero, espárcelo en la bandeja de horno y hornearlo durante unos 8-10 minutos a 180°C con el calor solamente por arriba. Fácil, no? Con ésto ya tostado vamos a por las rocas. Derrite el chocolate blanco en el microondas (te recomiendo ir poniéndolo en intervalos de 30 segundos para que no se queme). Cuando no quede ni un solo trozo entero de chocolate, mezcla el fruto seco. Debe quedar completamente integrado, que no quede ni una pizca sin cubrir de chocolate. Y con un par de cucharas tienes que hacer montículos encima del papel vegetal dispuesto sobre la bandeja del horno. No tienen que quedar idénticos! Son piedras! Y ya sabes que no hay dos de iguales. Y con un poco de paciencia, y frío de la nevera, ya tienes unos bombones riquísimos.
Para las rocas negras he cogido cereales. Yo tenía copos de maíz (de éstos de desayuno…) y también de avena. Así que he hecho yo misma un «mini-muesli» casero. Si en casa tienes muesli comercial o copos de trigo, centeno o cualquier otro tipo de cereales, no dudes en que se pueden utilizar igualmente. El procedimiento es el mismo que antes: derrite el chocolate en el microondas, mezcla los cereales y haz montículos en el papel de horno. Para darle un toque extra de sabor he decidido añadirle también el zumo de una mandarina, ya que no las tenía todas conmigo de como quedarían. Pero no es necesario que lo hagas tú. Y la verdad es que incluso a Toni (mi pareja), que los cítricos no le van demasiado, le han gustado mucho: «tiene un toque sutil pero que encaja perfectamente con el chocolate negro«, me ha dicho (comentario casi de crítico gastronómico profesional ya, jejeje). Ten en cuenta que si has puesto un muesli que contuviera algún tipo de fruta, como manzana o plátano (que suelen llevar en muchos casos), el cítrico no quedará muy bien, así que lo dejo como opcional.
Pasado una horita en la nevera como mínimo, cuando se haya endurecido el chocolate, ya puedes servir tus piedras.

rocas

Aunque pueden aguantar en la nevera unos días, son una tentación muy difícil de resistir. Y con piedras así en el camino….no me importaría tropezar dos veces con ellas! 😛 Espero que te gusten, y que decidas prepararlas tu en casa, que no tienen ninguna complicación! Recuerda en darle un toque dulce a tu día y al de los tuyos, que no hace falta complicarse la vida para tener dulces momentos. Hasta la próxima golos@s!

TRUFAS DE CHOCOLATE

Muy buenas golos@s!
Hoy me he levantado con unas ganas horribles de dulce, y más concretamente de chocolate. Creo que incluso he soñado con chocolatinas de todo tipo: Mars, Twix, Kit-kat, Oreo, Lacasitos….lo que fuera de chocolate. No es que les quiera dar propaganda, pero son todas las «ricas-porquerías» que podemos comprar en cualquier sitio. Y es que esa ansiedad que tenemos  casi todAs unos días al mes, tiene que tener un pacto con el dueño del chocolate, porqué a la gran mayoría de nosotras nos pasa lo mismo.
Así que al final me he decidido a compartir con vosotros un dulce, que para mi es una «delicatessen» y que además os sorprenderá lo sencillo que es su elaboración. Y hablo de las Trufas de chocolate negro…. qué buenas que están (y eso que aún no las he podido probar, pero ya saliveo de saber que las tengo allí!).
Hay muchas maneras de preparar trufas: de chocolate blanco y coco, de almendras, de pistachos, con arándanos…. pero yo os voy a enseñar la forma de hacer las clásicas de toda la vida. Las que puedes pedirte en un restaurante, y te las sirven en una copa con nata… sabéis cuales verdad? A que solo de pensar en ellas ya os entran ganas de comeros una de un bocado? Pues anotad los ingredientes y empezamos!

  • 350 gr de chocolate negro para fundir
  • 350 ml de nata para montar
  • 50 gr de mantequilla con sal
  • 30 ml de brandy
  • Fideos de chocolate o cacao puro en polvo

Ésto es rápido, así que prestad atención. En un cazo ponemos la nata líquida a calentar. No pongáis el fuego fuerte que enseguida se quema por abajo y se desborda por arriba. Así que aunque explicar éste paso es rápido, tened un poco de paciencia! Cuando empiece a hervir, retiramos el cazo del fuego y lo dejamos atemperar un poco. Por otro lado, en otro cazo vamos a derretir la mantequilla (os he dicho que sea con sal, que le dará un toque más sabroso, pero sirve cualquiera). Antes de que empiece a burbujear, le añadimos el chocolate troceado y esperamos a que se funda un poco antes de comenzar a remover con una espátula. Cuando ya no nos quede ni un solo trocito de chocolate para derretir, es cuando le debemos incorporar la nata templada. Ir poco a poco, removiendo todo el rato. Nos interesa que todos los ingredientes hagan una emulsión perfecta, para que después todas las trufas que nos salgan tengan la misma textura y sabor. A ésta mezcla se le llama ganaché (para que lo sepáis…..). Pero al final, cuando ya esté todo bien homogéneo, le añadiremos el brandy, y seguimos removiendo un poco más. El licor nos sirve para evitar que se formen cristales al congelarse después. Si no tenéis brandy (o no os gusta) se puede substituir por cualquier licor: whisky, ron, o incluso vozka. Yo no le pondría ninguno que tuviera sabor a nada como el anís, orujo de hierbas, o los frutales de manzana o melocotón; más que nada para no enmascarar el gusto del chocolate. Aunque si queréis justamente que tenga un toque a eso…vosotros mismos! Lo importante es que se le añada algún licor (y aunque los niños coman éstas trufas, no se van a emborrachar, ya que no tiene casi cantidad).
Bueno, lo más complicado ya está listo. No os mentía cuando he dicho que era rápido y fácil, verdad? Solo nos queda esperar. Cuando esté lo suficientemente frío como para ponerlo al congelador , allí que se va a quedar toda la noche. Sé que la tentación es enorme en éste momento, pero si tenéis un poco de paciencia disfrutaréis más.
Pasado un día ya en frío, es hora de darles forma. Puedes decirles a los peques de casa que echen una mano, se van a divertir. La manera clásica es hacer bolitas con éste ganaché. Recomiendo que uséis guantes para ello, sino queréis acabar con las manos negras y pringadas. Con elcalor de las manos se van a empezar a derretir un poco, así que tendremos que poenrle un poco de ritmo! Podéis coger la medida de una cucharada de postre, para que todas tengan el mismo tamaño. Y en ésto de hacer bolitas, los niñ@s son unos expertos! Pero si queréis trabajar solos y más rápido, poned el ganaché en una manga pastelera y haced montículos pequeños (no serán bolitas, pero bueno….).
Por último queda el toque final, y aquí hay dos maneras. Uno: «rebozadas» en fideos de chocolate, o dos: «rebozadas» en cacao en polvo. Sea cual sea vuestra elección, ponerlo en un plato y hacer rodar las bolitas; es lo más sencillo. Y si preferís ponerle un punto de color, podéis optar por los fideos de colores, serán unas trufas más divertidas.
Y ahora sí que sí, a disfrutarlas! Yo he elegido el cacao en polvo, como veis.

trufas

Pensad que si las congeláis os pueden aguantar en el congelador unos 4 meses tranquilamente. Así tendréis un bocado delicioso a cada ataque de ansiedad que tengáis. No os quejaréis, eh! A parte de una receta riquísima que va a gustar a pequeños y mayores, os he dado una idea para pasar una tarde divertida y agradable con vuestros críos. ¿Qué sería de la vida sin éstos dulces momentos, no?

Recordad en darle un toque dulce a vuestro día (ésta es la clave). Hasta la próxima golos@s!

TOCINILLO DE CIELO

Hola!
Estaba mirando en mi «baúl de los recuerdos» todas ésas recetas que iba coleccionando ya desde pequeña para poder compartirlas con vosotros. Y como un flash me ha venido una imagen en la cabeza:

Es domingo al mediodía y mis padres han comprado el postre en la pastelería. Está envuelto, así que no sabemos lo que es. Y llega el momento de abrir el envoltorio y allí están: pequeños bocaditos varios, todos distintos y a cual más bueno. Pero la pelea entre mi hermana y yo siempre es la misma, no quedarnos sin nuestro «flamet» (como les llamábamos nosotras, por su parecido a los flanes).

Que buenos! Y es que solo de pensar en éste pecado de los dioses se me hace la boca agua. Así que he dejado de rebuscar y me he dicho de hacer yo misma los tocinillos de cielo, para poder revivir una vez más su suave  y delicioso sabor. Que envidia va ha tener mi hermana…. mejor la invito y compartimos esos recuerdos juntas.
Bueno vamos a ello, que me lío yo sola. Los ingredientes necesarios son muy simples: huevos, azúcar y agua. Y las cantidades:

  •  7 yemas de huevo
  •  3 huevos enteros
  •  430 gr azúcar
  •  250 ml agua

Y para el caramelo:

  •  100 gr azúcar
  •  1 cucharadita agua
  •  10 gotas zumo limón (opcional)

Primero haremos el caramelo para el fondo del molde. Se pone el azúcar en un cazo a fuego bajo y sin parar de remover. A la que veamos que empieza a coger un color doradito, lo retiramos del fuego (ahora o nunca! que el caramelo se quema en un plis….) y le añadimos la cucharadita de agua y las gotas del zumo de limón (a mi me gusta el toque que le da, pero si no queréis echárselo no pasa nada) y mezclamos. Esperaremos unos 5 minutos para que se enfríe un poco y cubrimos la base de nuestro molde. Yo he usado unos vasitos de chato que tenía en casa, para hacerlos individuales.

caramelo

Ahora toca hacer un almíbar. En un cazo se pone el azúcar y el agua a fuego medio. Lo tendremos así durante unos 15 minutos, removiéndolo constantemente. Pasado éste tiempo, debemos tener un almíbar denso que al levantar la cuchara con la que lo mezclamos se vea que cae lentamente una hebra fina. Éste es el punto ideal que queremos, pero si os queda un poco más líquido nos va a servir de todas maneras.

Almibar

En un bol habremos separado las yemas de 7 huevos junto a 3 huevos enteros (con la clara también). Recordad que las claras que hemos separado nos servirán para otras recetas. Con una varilla vamos a batir  la mezcla de huevos y yemas y poco a poco añadimos nuestro almíbar. Si lo ponemos de golpe haremos una especie de tortilla dulce, porqué se nos van a cocer las yemas…. Así que mejor despacito y buena letra.

Ya solo nos queda lo más fácil. Repartir la crema en nuestros moldes y ponerlos al baño maría al horno.

tocinillos y caramelo          tocinillos al horno

Lo tendremos precalentado a 170ºC arriba y abajo (si tu horno tiene ventilador, a unos 150ºC) durante unos 40 minutos. Como no me gusta que se tuesten, los he cubierto con papel de aluminio. Dependerá del tipo de molde que hayas usado, pero siempre podemos ver si están hechos si cuando lo pinchamos con un palillo, éste sale limpio.

Si eres un goloso empedernido y no puedes resistirte a ésta dulce tentación, podrías comerlo en cuanto enfríe un poco. Pero siempre es mejor bien fresquito, así que lo desmoldaremos con cuidado y lo dejaremos un par de horitas en la nevera. Así si que no hay ni Diós que se resista!

Tocinillo

Ahora sé el porqué de su nombre: en cuanto los pruebas…. tienes el cielo en el paladar!! Pero yo les llamaría pecaditos, porque es empezar y es querer más y más. Mmmmm! A qué estáis esperando para hacerlos vosotros?