MOUSSE DE CHOCOLATE VEGANA

Buenos días golos@s:

¿Ya os habéis acercado a la playa? Con los días tan buenos que estamos teniendo por aquí, parece que el verano se haya adelantado un poco, no? ¿Y el bikini, os sienta bien? Porqué ahora es tiempo de moverse: todos queremos lucir bien a la hora de empezar a sacarnos capas de ropa de encima, aunque no todos lo hacemos de la misma manera. Hay gente que entrena todo el año, que moldean su cuerpo a base de ejercicios, y hay otra a la que le entra la prisa en cuanto se asoma el calor por la ventana. Pero lo que está claro es que la gran mayoría nos planteamos es en cuidarnos un poco más y mirar de comer de una forma más sana.

Yo, últimamente me estoy interesando por otras dietas (pero no un régimen, sino  como estilo de vida, eh), como es la vegetariana o la vegana. Y lo cierto es que en todos los sitios donde miro, lo primero que te dicen es que si te planteas cambiar a ésta dieta, debes probar platos vegetarianos para ir acostumbrando el paladar a los nuevos sabores. No es fácil acostumbrarse a las verduras si casi no hay variedad en la cocina, o a tomar más frutas si antes no se consumían. Por eso ahora es el momento perfecto: hay más variedad de fruta en el mercado y un montón de recetas de ensaladas diferentes. Pero no solamente en el plato principal, también es la manera de cocinar y los ingredientes utilizados. Y por supuesto, están los postres. Que es por donde he querido empezar a probar yo 😛

Así que estuve buscando diferentes recetas por la red y me decidí por una mousse de chocolate. Ya sabéis que soy muy chocolatera, y me llamó la atención. Además, es una receta súper-sencilla y accesible para todos los bolsillos (y no se utilizan ingredientes que me parecen un poco extraños, como el agua de garbanzo, como vi en otras recetas). Se necesitan muy pocos componentes, que son éstos:

  • 500 gr de tofu natural
  • 100 gr de chocolate
  • 150 gr de chocolate blanco
  • 200 ml de leche de soja
  • azúcar glas
  • esencia de vainilla
  • fideos de chocolate
  • bolas de chocolate

Os voy a enseñar a preparar dos mousse: una de chocolate negro y otra de chocolate blanco (totalmente creación propia). Aunque por Internet hay miles de recetas diferentes, me quedé con la más básica. Pero lo que si que os comento es que vais a necesitar si o si una batidora de vaso (del estilo americano….); no sirven unas normales.

Bueno, empezamos? Presta atención porqué es muy simple. Yo encontré bloques de tofu de 250 gr cada uno, perfecto para hacer los dos tipos de mousse que quería preparar. Y no es que quiera hacer publicidad, porqué casas comerciales que hagan tofu hay muchas, solo quería mostrar el taco que compré.

Así que trocea en cuadrados más pequeños uno de los bloques y mételo en el vaso de la batidora. Empieza a batirlo, durante unos minutos, hasta que quede hecho una masa. Mientras, en un bol, ponemos el chocolate negro a fundir en el microondas. Recuerda que se deben hacer intervalos de pocos segundos para que no se queme. Cuando lo tengas totalmente disuelto, sin ningún trocito, se lo añadimos al tofu, junto a 100 ml de leche de soja y un poco de azúcar glas (al gusto). Déjalo batiendo durante unos 5 minutos; así conseguimos que entre más aire en la mezcla y nos quede más esponjosa. Puedes usar cualquier tipo de leche vegetal, aunque ten en cuenta que va a variar el sabor final. Es por esto que me decanté por leche de soja, para mantener el sabor original de  la receta. Y dependiendo de como te guste de espesa la mousse, vas a necesitar un poco más de leche. Eso ya es cosa tuya. Pero ya lo tenemos hecho!!! Sírvelo en vasitos y déjalo en la nevera al menos 4 horas. Ten en cuenta, que con el frío va a espesar un poco más. Yo lo dejé de un día para otro. Lo presenté con unos fideos de chocolate por encima y nada más. Os tengo que decir que está espectacular, aunque para mi gusto, la próxima vez le voy a añadir más chocolate para que tenga más sabor aún.

La mousse de chocolate blanco la preparé del mismo modo, aunque le añadí esencia de vainilla a la mezcla. Lo presenté con una bolitas de chocolate de diferentes colores. Aunque también lo probé con un poco de miel por encima, y mejoraba considerablemente. Pero no es que estuviera malo, sino que el chocolate blanco y yo no somos muy buenos amigos…. Pero estoy segura que para la próxima vez que lo prepare (que lo haré!), le cogeré más el punto. Puede que también añada un poco de leche condensada para que adquiera más gusto….aunque entonces no sería vegano del todo. No sé, ya veré.

En algunas recetas leí que en vez de azúcar preferían usar sirope de ágabe. Si tenéis en casa probadlo. Yo como no tenía, y tampoco le iba a dar mucha salida por lo que no lo compré. Debo deciros que con éstas cantidades me salieron 4 vasitos de cada, pero también os digo una cosa: cómo hincha! Cuentad que es un aporte de proteínas extra, y si ya habéis hecho una comida delante, puede que os cueste terminarla, porqué no veas! Buena no, lo siguiente, pero contundente…también lo es un rato! 😛

Pero eso es lo bueno de la cocina, que te permite experimentar, probar, innovar… Así que te invito a que pruebes cosas nuevas, nuevos estilos de cocina, nuevos ingredientes. Al final, de lo que se trata es disfrutar de ése momento: desde la compra, la elaboración y por supuesto la cata 🙂 Aunque luego no sigas la dieta vegana, hay que probar cosas nuevas, y ésta receta puede ser el inicio, no crees? Hasta la próxima golos@s!!!

PANNA COTTA LIGHT

Hola golos@s!

Ya hace unas semanitas que hemos empezado un nuevo año, y con él estoy segura de que todos nos hemos propuesto algún cambio en nuestra vida (como pasa siempre! 😜 ). Pero no todos son fáciles cumplir o de seguir, y por mucho que nos empeñemos, hay algunos propósitos que dejaremos por el camino. Solemos pensar en empezar nuevos hábitos que nos hagan mejores: aprender ése idioma que se nos atraganta, viajar y conocer otros lugares, ahorrar un poco o cuidarnos y adelgazar (o al menos empezar a comer más saludablemente). Pues con ésta receta os voy a ayudar un poquito en tres cosas: conocer un poquito de la gastronomía de otro país, ahorrar un pelín y no aportar demasiadas calorías a nuestro postre.

Nos tenemos que ir hasta Italia, concretamente a la zona de Piamonte, para conocer éste postre: la Panna Cotta. Como su propio nombre indica, se trata de un dulce a base de nata cocida y gelificantes. Tiene una textura que puede recordar al flan, pero está más cerca del de una gelatina, y su sabor lácteo pero suave, la verdad es que está riquisimo. En cualquier restaurante italiano o pizzería seguramente que lo puedes encontrar como «caseros» y te van a cobrar una pasta por ello. Pero si quieres prepararlo tu en casa no es nada complicado. Y así ahorras unos pocos eurillos. 👍

Y si encima sigues ésta receta vas a seguir cuidándote, ya que te voy a mostrar una versión más ligera que la tradicional. Con lo cual no te sentirás culpable si estás siguiendo una dieta. No sé exactamente las calorías que tiene (ni las sé calcular) pero con unos pequeños cambios a los ingredientes originales, te aseguro que las vamos a reducir; si usamos leche desnatada en vez de entera y leche evaporada en vez de nata…. ¿crees de verdad que tendrá muchas calorías? Seguro que no! Así que vamos a ello.

Toma nota de los ingredientes que vamos a usar para unas 4 raciones:

  • 250 ml de leche desnatada
  • 250 ml de leche evaporada
  • 3 gr de stevia
  • 5 láminas de gelatina neutra
  • 5 ml de extracto de vainilla

No suelo utilizar la stevia, pero tenía un bote de grageas en casa. En la receta en la que me he basado ponía que usaban 1 gramo de una en polvo del 95% de pureza, así que he mirado la características de la que yo dispongo y veo que es del un 35%. Y haciendo un cálculo aproximado (y a mi manera!), he creído oportuno poner 3 gramos y machacarlos para obtener polvo. Pero si tienes otro edulcorante en tu casa…. debes ponerlo a tu gusto.

Bueno, empezamos? Presta atención porqué hay muy pocos pasos a seguir, y no quiero que te pierdas. Lo primero que vamos a hacer es hidratar las láminas de gelatina. Sigue las instrucciones del envase, pero si las pones en agua fría unos 10 minutos…acertarás seguro. El hecho es que se queden blandas por completo.

Mientras tanto, pon el resto de ingredientes en un cazo. Te aconsejo que si puedes usar vainas de vainilla natural las utilices en vez del extracto; le darán mucho más sabor! Pero como son un poco caras…. la esencia de vainilla hará un magnífico trabajo. Yo he usado el de la marca Vahiné (y no es por hacer publicidad), sino más bien es para decir lo accesible y económico que es. Sea cual sea el que quieras usar tu, ponlo en el cazo junto las leches y la stevia machacada. Pon el fuego a una intensidad media, y sin dejar de remover espera a que arranque a hervir. Remarco lo de no dejar de remover porqué ya sabes que la leche se pega rápidamente y se quema fácilmente! la cuestión es que en cuanto empiece a hervir, vamos a retirarlo del fuego y a dejarlo atemperar un poco antes de añadirle la gelatina bien escurrida. Y sólo nos falta separarlo en los moldes. Yo he usado unos vasos la mar de prácticos. Cuando se hayan enfriado lo suficiente, los meteremos en la nevera durante al menos 4 horas.

A la hora de servir es típico acompañarla con mermelada de fruta frescas o alguna salsa dulce. Yo he aprovechado unos pocos frutos del bosque congelados (con arándanos, moras, frambuesas, etc.) que me quedaban para preparar un culís. Simplemente he puesto en un cazo pequeño la fruta congelada  (en mi caso unos 100 gr) junto a 50 ml de agua y un poco de sacarina líquida. He dejado que se vaya reduciendo y por último lo he pasado por la batidora para dejarlo bien fino. Puedes presentar la Panna Cotta de varias maneras: en un plato (a modo de flan) con el culís por encima como re muestro:

O bien, si prefieres no ensuciar más cacharros, puedes servirlo directamente en el vaso. En éste caso solo hace falta cubrir la superfície con el culís y listo!

Espero que la pruebes y no te quedes con las ganas de un dulce. Porqué todos necesitamos endulzarnos el día en algún momento. Hasta la próxima golos@s  💋

FLAN CÍTRICO 

Hola mis golos@s !

Si me descuido, se termina el mes de noviembre y no subo la receta que toca! Pero ya estoy aquí! Al igual que el frío, que ha tardado en llegar, pero que al fin ya lo tenemos encima ! O al menos eso dicen….porqué ahora mismo yo tengo muchísima calor aquí al lado del fuego 😜 Pero precisamente éstos cambios de temperatura nos traen los resfriados, constipados y demás. Y ya sabéis que la vitamina C va de fábula para evitarlos, no?

Resultado de imagen de cítricosPor eso ésta receta os va a gustar. Y es que se trata de un flan de cítricos (fuente principal de la vitamina C). Yo he usado naranjas, aunque también podéis usar mandarinas, pomelos o incluso limones o limas. Seguro que cualquier variedad va a quedar riquísima. Y encima es una receta súper-sencilla, lo digo en serio. Incluso una persona que no haya entrado a una cocina para preparar algo más elaborado que un sándwich, podrá quedar como un rey con éste postre. Si es tu caso, anímate con la repostería con recetas como la que  te enseñaré ahora.

 

Se necesitan pocos ingredientes. Anota la lista de la compra, que empezamos:

  • 400 ml de nata para montar (35% MG)
  • 350 gr (o 300 ml) de leche condensada
  • 6-7 naranjas de zumo (500 ml)
  • 200 gr de azúcar
  • 10 láminas de gelatina neutra
  • caramelo líquido

Si tenéis suerte de poder encontrar gelatina en polvo ( y me refiero en botecitos y no en sobres….), contad que se va a necesitar la cantidad como para un litro o un poco menos. No sé exactamente los gramos que serían, pero seguro que el fabricante lo indicará. Yo, aunque lo he buscado en los supermercados habituales no lo je encontrado, sólo en sobres y no salen tan a cuenta. Por eso utilizo las láminas secas. Bueno, si como yo, vas a trabajar con las láminas, lo primero que hay que  hacer es hidratarlas. Pon un cuenco agua fría e introduce una a una las hojas de gelatina. En unos 10 minutos estarán blandas y listas para usar.

Mide bien las cantidades. De zumo se necesita medio litro (vamos….500ml). Si exprimes la fruta tenlo en cuenta, porqué vas a necesitar más o menos fruta dependiendo del jugo que ésta suelte. También puedes utilizar un zumo de la marca comercial que prefieras; eso si, ten en cuenta que no debe llevar mucha cantidad de azúcares añadidos. Es la solución fácil y rápida, lo reconozco. Aunque siempre quedará mejor si de fruta fresca se trata.

En un cazo, hay que mezclar el zumo, la nata y la leche condensada. Si adquiere un aspecto como si estuviera «cortado» es normal; lácteos y cítricos se llevan mal a primeras pero luego encajan fenomenal. Pon el cazo a fuego medio y no pares de remover ya que la leche condensada tiende a quedarse en el fondo y se quema bastante rápido. Debes calentarlo lo justo, no hace falta que hierva. Nada….con unos 5 minutitos ya es suficiente.

Aparta el cazo del fuego y añade la gelatina hidratada. Escurre cada lámina y ve mezclando hasta que se disuelvan. Si has usado gelatina en polvo, ahora es el momento de agregarla. Como yo no he trabajado nunca con éste tipo de gelatinas….no te puedo aconsejar demasiado, pero no creo que sea muy diferente a las hojas secas.

Cubre el fondo del molde que vayas a utilizar con caramelo líquido. Si quisieras prepararlo tu, no es difícil: un par o tres de cucharadas en una sartén y un par de cucharadas de agua encima. Déjalo al fuego hasta que empiece a tostarse, ni un ratito más!!! Pero en éste caso yo he usado uno que compré y tenía por casa, y lo he mezclado con un poco de jugo de la confitura de naranja. La cuestión es que cuando cubras el fondo del molde, procura hacer una capa fina y uniforme. Y ahora echa la mezcla del zumo en lo alto. En cuánto se haya enfriado lo suficiente para meterlo en la nevera, hazlo! Y déjalo allí mínimo un par de horitas, aunque si está más tiempo mejor.

A la hora de decorar he decidido confitar unas rodajas de naranja. Al igual que hice cuando preparé las orangettes pon el azúcar en un cazo con 200-250 ml de agua y espera a que se disuelva. Entonces pon las rodajas dentro y deja cocer a fuego lento durante 30 minutos más o menos. Y sólo queda desmoldar nuestro flan, y ponerle las rodajas encima. Tal como se ve en la foto:

Aunque  veas que hay dos mitades de naranja más en la foto, realmente lo único que está confitado es la rodaja del medio del flan. Pero así quedaba más bonito 😆 jejeje.

Decídete a probar cosas nuevas, porqué tanto en la preparación como en el sabor vas a disfrutar. Y de eso se trata: disfrutar de las cosas pequeñas y de buenos momentos en la vida. Hasta la próxima golos@s !

MOUSSE HELADA DE CAFÉ 

Hola!!! ¿Qué tal?

¿Habíais creído que no me acordaba de vosotros? ¿Que éste mes no iba a publicar ninguna receta? Pues si es así….no habéis acertado. Es cierto que estamos finalizando  ya octubre, pero por una vez debo reconocer que hay veces que la «imaginación» me deja un poco de lado y no sé qué postre enseñaros. Pero por suerte siempre hay alguna ocasión improvisada que me desbloquea.

Ésta vez fue una comida familiar, que me enteré de un día para otro y en la que mi suegra me pidió un «bizcochito o algo»… así que me decidí por algo diferente. Como no iban a haber niños en la comida (solo adultos) y todos solemos terminar con un café, creí ideal una mousse de café. Si hubiera sido en mi casa seguramente me habría decantado por mousses individuales en copas, pero como lo tenía que llevar hasta allí…..mejor en forma de tarta helada, no? Eso… y que no disponía de láminas de gelatina en casa   😛

Bueno, pues imaginad lo sencilla que es de preparar que no tuve que comprar nada, porqué tenía de todo en casa. Tampoco me daba tiempo de ir a la tienda a por lo que me faltase… Mira la lista de ingredientes que se necesitan, y luego empezamos, si?

  • 500 ml de nata 35%MG
  • 6 c. soperas de leche condensada
  • 4 claras de huevo L
  • 20-25 gr de café soluble
  • 20 ml de agua
  • 1 paquete de galletas
  • 30 gr de mantequilla
  • Capuchino en polvo y granos de café para decorar

Hay que empezar con lo que va a ser la base de la mousse. Para ello basta con moler las galletas (el paquete entero). Puedes ponerlas dentro de una bolsa con autocierre y pasarle el rodillo por encima, o ponerlas dentro de la picadora y apretar el botón. De cualquiera de las maneras imaginables vale, con que consigas polvo de galletas! Derrite la mantequilla en el microondas y añádesela al  polvo de galleta. Mézclalo bien y cubre el fondo del molde que vayas a usar con ésta masa. Ayúdate con una cuchara para dejarlo bien apelmazado y lo más plano posible. Y mientras vamos preparando el resto, deja el molde en la nevera. Y puedes aprovechar en preparar el café que vas a usar después; calienta el agua y diluye el café soluble en ella. Sin más! Solamente hay que dejarlo enfriar mientras vas haciendo lo demás.

Ahora hay que montar la nata. Si pones el bol y las varillas que vayas a usar en el congelador un rato antes… conseguirás que se monte en menos tiempo. Eso es un truquillo que te dejo! Cuando tengas la nata completamente montada, donde las varillas hagan surco y esté bien firme, hay que añadirle la leche condensada. Ésto hará que baje un poco la dureza de la nata, pero no temas; es normal. Y al añadir el café de poco a poco, también va a bajar un poco más

Por otro lado hay que poner a punto de nieve las claras de huevo. Si no sabes de qué hablo….significa que eres un nuevo golos@ por aquí! Así que te lo explico: hay que airear las claras batiéndolas con rapidez con unas varillas. Ésto hace una especie de espuma que se va quedando duro. Cuando puedas darle la vuelta al recipiente que lo has montado sin que se te caiga…. ése es el punto de nieve! Pues ésto lo tenemos que agregar a la mezcla anterior. Pero recuerda que hay que moverlo con movimientos envolventes y suaves; ayúdate de una espátula y empieza a darle vueltas de abajo arriba, rotando despacito. Cuando tengas todo bien mezclado, lo único que falta es volcarlo encima de la base de galleta que tenías en frío, allanarlo lo máximo posible y ponerlo en el congelador durante al menos un par de horas.

Si hubiera tenido la gelatina….después de hidratarla la habría añadido al café caliente y me habría ahorrado el congelador. Aunque se tendría que dejar enfriar en la nevera. Lo que sí que se notaría es la textura final: con la gelatina añadida quedaría una mousse esponjosa, con mucho aire en su interior. Al congelarla, quieras o no eso se pierde un poco. Tienes las dos opciones….tu eliges, como siempre.

Para decorar la mousse helada me decanté por cubrirla con una capa de capuchino en polvo (del soluble). Como aparté una pequeña parte de la nata montada (sola), hice unas pequeñas rosetas que terminé de adornar con unos granos enteros de café tostado. Pero también se  podría haber deshecho un poco de chocolate negro para darle un toque más dulce, o incluso se me ocurre mezclar algo de licor en la base de galleta para hacer una especie de «carajillo», jejejeje  😛   Siempre lo digo, a vuestro gusto.

252f1c55-0f98-49a6-a58a-f9fdd0da10da

Prueba, experimenta….aunque no salga exactamente como tenías en mente. La próxima vez seguro que saldrá mejor. La cuestión es disfrutar de un dulce momento rodeado de la gente que elijas, así de simple. Hasta pronto golos@s!!!!

 

MOUSSE DE TURRÓN

Golos@s, como estáis?
Último fin de semana antes de las fiestas, y del año también. Y como se avecinan comidas abundantes y copiosas, que se alargan y se alargan con los polvorones, barquillos, turrones…. quiero daros otra opción para presentar éstos postres tan típicos navideños.
De turrones hoy en día hay una variedad infinita. Sin ir más lejos, el otro día vi turrón de mojito; lo que faltaba! Jejeje A ver…contra gustos no digo nada, pero para mí el turrón digno de llamarse así solo hay de tres clases: el de alicante (el duro de toda la vida), el de jijona (vamos…el blando) y el de chocolate.
Y ésta receta os servirá para dos ocasiones diferentes. La primera es una manera distinta de ofrecer el turrón de jijona a vuestros invitados, que no sea simplemente cortado a tiras. Y la segunda es ya para pasadas las fiestas, cuando nos quedan esos restos que al final se acaban tirando a la basura casi en verano; para aprovecharlos de una manera original. Lo que menos se van a esperar es una mousse.
En ésta ocasión he usado la receta de uno de los grandes cocineros que tenemos hoy en día, como es Juan Mari Arzak. Pero recuerdo un año que también preparé ésta mousse (seguramente de manera diferente…), y la serví para nochebuena después de haber comido una zarzuela riquísima que hicieron mis suegros. Ésa vez, aunque le gustó a todos, lo cierto es que ya nos habíamos llenado bastante y las copas de postre eran enormes, con lo que tuve mousse para unos días! Y a lo mejor es porqué tuve que repetir tantas veces, que recuerdo lo mucho que me gustó a mi en particular. Y quiero que éstas fiestas puedas probarlo tu también. Así que anota lo que se necesita:

  • 400 gr de nata
  • 2 huevos
  •  250 gr de turrón de jijona
  • 60 gr de azúcar
  • 3 láminas de gelatina

Lo primero que debes hacer es hidratar la gelatina en un vaso de agua fría. Unos diez minutos bastan para que se ablande, pero lee las instrucciones del envase mejor.
Calienta 1/4 parte de nata a fuego lento (que se quema demasiado rápido!) y luego viértela sobre las yemas de los huevos batidas. Mézclalo bien y añade las hojas de gelatina para que se disuelvan correctamente. Es hora de incorporar el turrón! Yo he comprado uno sin azúcares añadidos (la mar de baratito), para que no resulte demasiado empalagoso, que de por sí solo, éste tipo de turrón ya lo es; pero la receta no dice nada, así que el que tengas irá estupendamente. Trituralo con la ayuda de un tenedor para facilitar que se deshaga del todo, pero si tienes una picadora es mejor pasarlo por aquí, ya que va a quedar más fino, como una pasta. Como la mezcla está caliente, el turrón debe irse integrando poco a poco, y hasta que no esté totalmente homogéneo no debes parar de mezclar. Cuando esté todo por igual, deja atemperar y luego ponlo en la nevera para que vaya cogiendo consistencia (una media horita).
Mientras, puedes ir montando el resto de la nata junto con el azúcar para añadirsela a la mezcla anterior. Bate hasta que la nata haga picos, como siempre. Al agregarlo, lo tienes que hacer cuidadosamente, poco a poco y buena letra (como se decía antes, 😉 ). Así que con una espátula ve haciendo movimientos envolventes con una poca cantidad de la nata montada, que se mezcle por completo, y repite hasta terminar con la nata. Monta las claras de los huevos a punto de nieve y haz lo mismo: ve incorporándolas a la mezcla despacito y con los mismos movimientos envolventes de antes. Cuando lo tengas todo bien mezclado, que se vea igual por todos los lados….ya tienes la mousse que estabas esperando. Deberás, eso si, volverlo a poner a la nevera hasta que espese y coja más cuerpo. En una media hora más tendrá suficiente, pero depende de lo fuerte que sea tu frigorífico (y lo lleno que lo tengas….jejeje).
Sólo quedará buscar una copa bien bonita donde servirla. Te recomiendo que mejor sea una pequeña, para que no te llenes demasiado después de los platos principales. No vaya a ser que te atiborres y tengas una indigestión. Eso es lo último que desearía para éstos días! Una copita chiquitita para finalizar la cena…. y a seguir disfrutando de las navidades. Si quieres darle un toque crujiente puedes utilizar turrón de alicante machacado, o unas pocas almendras, unos barquillos ….un poco de sirope de chocolate tampoco creo que le vaya mal. Como decidas! Yo he rallado las dos últimas onzas de chocolate que tenía en la nevera, y las he espolvoreado por encima para darle un color distinto.

PicsArt_12-19-06.45.31

Tan sólo me queda desearte muy felices fiestas y espero que goces de maravillosos y dulces momentos junto a tus seres queridos (y tengas bien presente a los que no estén). Recuerda en darle un toque dulce a tu día. Hasta la próxima golos@s!

MOUSSE DE FRESA ÁCIDA

Muy buenas tardes!
Desde éste pasado lunes que estoy oficialmente de vacaciones de mi trabajo; pero eso no quiere decir que os vaya a abandonar. Más bien lo contrario, ya que ahora dispongo de todo el tiempo que quiero para dedicarme a lo que me gusta: cocinar unos postres fabulosos y compartirlos con todos vosotr@s. Y es que ya lo dicen: «dedícate a lo que te apasiona, y nunca tendrás que trabajar» (o algo así).
Aunque tenga más tiempo libre, tampoco quiero atosigaros. Creo que con una receta semanal ya hay suficiente variedad donde elegir un postre que hacer vosotros en casa. O me equivoco? decírmelo si es así, eh!
Bueno, ya hemos empezado el mes de junio, y es la época perfecta para las fresas. Ya os comenté en algún post, que aquí en la costa del Maresme, se recolectan tres variedades distintas que se caracterizan por ser muy carnosas y con mucho sabor. Y lo que más me gusta es que tienen ése puntito de acidez. Así que aprovechando que tenia unas pocas en la nevera, he decidido hacer una mousse. De echo…ha sido la última versión de una cuantas pruebas fatídicas anteriores 😜. Y no es que me quedaran malas….pero si que no tenían la consistencia que yo quería. Os digo lo que vamos a necesitar y empezamos.

  • 500 gr de fresa
  •  4 claras de huevo
  •  250 gr de azúcar
  •  500 ml nata líquida
  •  1 paquete de galletas maría
  •  100 gr de mantequilla
  •  6 hojas de gelatina
  • colorante alimentario rojo (opcional)

Tengo que reconocer que prefiero servir un trozo de «tarta» de mousse que una copa, es por eso que le hago la base de galleta. Pero si queréis presentarlo en copa, solo debéis ignorar esa parte.
Como mi mousse si que tiene base, lo primero que he hecho es triturar las galletas hasta hacerlas polvo, y mezclarlo con la mantequilla derretida. Si preferís otro tipo de galleta, como las oreo….también puede quedar bien. Pero como en casa suelo tener de las simples, son las que he utilizado.
Hay que cortar un trozo de papel de horno con la medida de la base de nuestro molde; con un poco de aceite lo pegamos al fondo y cubrimos con nuestra mezcla de galleta. Apretar con una cuchara y dejad la base lo más lisa y uniforme que podáis. Y lo vamos a poner en la nevera por ahora.
Hidrataremos las hojas de la gelatina en agua fría, durante unos 10 minutos (o lo que nos indique el fabricante). Limpiamos las fresas, le sacamos el rabito y las troceamos. Yo me he reservado algunas enteras para decorar después. Cogemos la batidora y hacemos puré de fresas y lo vamos a calentar a fuego bajo junto las hojas de gelatina, sin que llegue a hervir. En cuanto la gelatina esté disuelta del todo, apartamos del fuego y dejamos templar.
En un bol vamos a hacer un merengue francés, con las 4 claras y el azúcar (sin hornearlo, eh!). Que quede bien montado, espeso (es el pequeño truco de ésta receta). Y en otro bol más grande, montaremos la nata líquida.
Vamos a mezclar la nata montada con el puré de fresas ya templado. Sobretodo que no esté caliente, porqué nos bajará la nata y tendremos que esperar más para que solidifique después. Como lleva la gelatina se habrá espesado un poco. Batiremos con las varillas hasta que quede bien homogéneo. Si queréis poner un poco más de color, es el momento de añadirle el colorante alimentario (yo le he puesto unas gotitas, me parecía muy pálido). Después es la hora de ir añadiendo poco a poco nuestro merengue. Ésta vez con una cuchara de madera o una lengua de plástico, y haciendo movimientos envolventes para que no nos baje. No hay prisa…pero tampoco debéis tenerle miedo. Con un poco de mimo saldrá perfecto.
Ya casi lo tenemos. Solo queda rellenar el molde y dejar en la nevera un mínimo de 2-3 horitas. Antes de que solidifique del todo, acordaros de poner las fresas cortadas por la mitad a modo de decoración. A la 1 -1’30 hr es el momento perfecto ya que estará un poco duro para que no se hundan pero quedaran bien «cogidas» en la mousse. Cuanto más planito quede (molde más, menos va a tardar en espesar; tenerlo en cuenta.
Bueno, y aquí tenéis mi resultado (después de comprobar que debía subir la potencia de la nevera):

mousse de fresa                                                               trozo mousse fresa

Después de algunos intentos: uno se deshizo completamente porque no usé la gelatina (seguí la receta para servir en copa), otro compré fresones en vez de fresas y no tenía tanto sabor, etc. Como veis también cometo errores, aunque al final os enseñe la foto bonita 😆
Recordad que yo peco de no poner demasiado azúcar, así que puede que para vuestro gusto tengáis que añadirle más. Id probando; puede que tengáis que hacer más de una mousse 😜
Espero que os guste y me digáis que os ha parecido. Hasta la semana que viene golos@s.

MOUSSE DE MANDARINA

Hola, ya estoy aqui!

Hoy quiero compartir con vosotros una receta que era nueva para mi y que me ha encantado. Se trata de una mousse de mandarina. La encontré navegando y me dije: «ésto lo tengo que hacer…» y no os creáis que es complicado.

Los ingredientes que vamos a necesitar son:

  • 200 gr. de galleta (1 paquete)
  • 180 gr. de margarina
  • 60 gr. de azúcar glas
  • 250 ml. de nata para montar
  • 500 gr. de queso Mascarpone
  • 15 mandarinas
  • 12 hojas de gelatina neutra

También serviría cualquier tipo de queso de untar (pero que sea natural! Que no se nos vaya la pinza y pongamos uno a las finas hierbas, por ejemplo). Ya hemos ido a la compra y tenemos todo lo necesario. Pues, ahora, manos a la obra.

¿Que tal si empezamos por la base? Es de lo más fácil. Tenemos que triturar las galletas. En un bol y con paciencia vamos machacándolas hasta que quede polvo de galleta (si se tiene una picadora, es más rápido). Cuando ya lo tengamos, iremos mezclando con la margarina derretida. Tiene que quedar una masa consistente con la que cubriremos la base del molde.
Pensad que va a ir a la nevera, así que escoged bien el molde y sea fácil desmoldar. Yo como quería repartir y no tenía moldes individuales, he tirado de imaginación: he recortado una botella lisa de 2 L. y también un brick, con la altura que quería.
Ahora que ya hemos cubierto la base con la masa de galleta, lo dejamos enfriar en la nevera un mínimo de 30 minutos.

Para la mousse, primero hay que montar la nata. Ya sabéis: varillas a tope hasta que haga picos. Pero justo cuando empiece a cuajar, añadiremos la mitad del azúcar glas. De ésta manera endulzamos y al mismo tiempo le damos más firmeza a la nata. Cuando esté montada, la reservamos en la nevera mientras hacemos lo demás.
Hidratamos las hojas de gelatina en un bol. Ponemos agua bien fría (muy importante) y las vamos poniendo mejor de una en una. Dejaremos unos 10 minutos (o lo que os ponga en el envase, que ellos son los expertos).
Exprimimos 14 mandarinas para sacarle todo el zumo (si queréis que no se note la pulpa, éste es el momento de colarlo, pero tendrá más sabor si la mantenemos). En un cazo, calentamos el zumo junto con el azúcar restante, pero que no hierva! Lo apartamos del fuego y vamos añadiendo la gelatina hoja por hoja hasta que estén bien disueltas. Y nos toca dejar enfriar un poco.
Podemos aprobechar para ir batiendo el queso. Si, yo también pensé: «batir el queso?». Pero lo cierto es que le da más cremosidad al asunto. Y poco a poco vamos mezclándolo con la mitad de la gelatina líquida de mandarina. Solo falta añadir la nata que teníamos en la nevera. Para que no pierda volumen, hay que hacerlo con «movimientos envolventes» (con una espátula vamos dando vueltas de abajo hacia aarriba con un ritmo lento). Y la mousse ya está!
Rellenamos los moldes hasta sus 3/4 partes y volvemos a dejar en la nevera. Ésta vez por una hora como mínimo (cuanto más rato esté, más consistente será).

Pasado éste tiempo, pondremos la capa superior de la mousse, que no es otra cosa que la gelatina de mandarina. Como ya se habrá endurecido un poco, hay que volverla a calentar un poco. Y cubrimos nuestra mousse con ello. Y vuelta a la nevera una hora más (dependiendo si os sale muy gruesa ésta capa, necesitaréis más tiempo).

Para decorar, he puesto los gajos de la mandarina que nos queda, cuando aún la gelatina no estaba del todo hecha (para que queden fijos). Solo nos falta desmoldar con la ayuda de un cuchillo afilado y servir.

20150110_134338

 

Es una receta un poco larga, pero nada complicada. ¿Os apetece probar?