BRAZO DE GITANO

Muy buen domingo golos@s!
Ésta semana quiero poneros en una  situación típica de fin de semana. Unos amigos nos invitan para comer en su casa, pero como invitados no nos vamos a presentar con las manos vacías… Hay quien prefiere llevar una botella de vino o donde cada uno trae una cosa distinta para comer, pero el que trae los postres sí que sabe. Aunque es difícil encontrar uno que a todos les parezca bien, que si de chocolate, de crema, un helado o una tarta… Así se va pasando la mañana rápidamente y te plantas en la pastelería más cercana a la casa de tus amigos cinco minutos antes de que cierren…. y al final te decides por ese brazo de gitano de crema que hay en la nevera del fondo, que tiene una pinta fabulosa. Cuando por fin llegas, te ven con ése postre en las manos y ves la cara de golosones que ponen, te das cuenta que has acertado de pleno.  Olé tú! Has salvado la comida del fin de semana!
Pues para que no tengas que elegir a última hora en la pastelería (que además te cobrarán una pasta!) y encima tengas una excusa para usar el horno para algo más que no sea una pizza, te enseñaré a prepararlo tu mismo. Si lo preparan en lo alto y ancho del planeta, porqué no vas a poderlo hacer tu? Y es que el brazo de gitano es conocido internacionalmente, aunque recibe distintos nombres: pionono en Venezuela, Perú y Argentina, brazo de reina en Chile y Colombia, swiss roll en Estados Unidos, China o Inglaterra, gâteau roulé en Francia y Suiza o brazo de Mercedes en Filipinas. Pero aquí es el brazo de gitano de toda la vida.
En éste caso quiero enseñarte a hacer la receta básica del bizcocho genovés relleno de crema pastelera,  pero se puede rellenar con nata o crema de trufa de chocolate. Toma nota de lo que vas a necesitar comprar:

  • 4 huevos
  • 3 yemas
  • 125 gr de harina
  • 225 gr de azúcar
  • 30 gr de maicena
  • Piel de 1 limón
  • 1/2 L de leche
  • pizca de sal

El genovés es un tipo de bizcocho que no necesita ningún tipo de grasa, como aceite o mantequilla, y que su esponjosidad se basa en el aire que le entra al batir. Pero a parte de su sencillez nos servirá de base para muchas tartas. Tenlo en cuenta.
Empezamos con tamizar la harina en un bol, y por ahora lo reservamos. Debemos separar las claras de las yemas de los 4 huevos enteros. Recuerda que siempre es mejor romper los huevos fuera del cuenco donde se vayan a trabajar. Hay que montar a punto de nieve las claras, así que coge las varillas y a batir se ha dicho! Hay que añadirle la pizca de sal para facilitar el montaje. Estarán al punto de nieve cuando las claras tengan consistencia y al darle la vuelta al bol, todo se mantenga quieto en su sitio. Pero ésto ya lo sabías, seguro. Y vamos a unirlo todo: primero bate las 4 yemas hasta que blanqueen y doblen (o casi) su volumen, agrega 125 gr de azúcar y añade la harina poco a poco y por último las claras al punto de nieve. Interesa que el aire que han cogido las claras no se baje, así que con las claras es mejor ir mezclando con movimientos envolventes con una espátula. Cuando lo tengas todo integrado, solo faltará hornearlo.
Como en éste caso vamos a enrollar la masa, hay que hacerla finita, así que cubre el fondo de la bandeja de manera que quede uniforme por todos lados. Con el horno precalentado a 180°C, calor arriba y abajo, pon la bandeja a media altura durante unos 15 minutos. Al ser una capa fina se va a cocer muy rápido. Pero compruébalo siempre con un palillo! Déjalo enfriar en medio de un paño y ya con la forma de rollo, para que no se rompa después.
Ahora a preparar la crema pastelera! En un cazo pon la leche (menos un poco que hay que apartar antes en un vaso), con el azúcar y la piel del limón a calentar a fuego lento durante unos 10 minutos.
En el vaso de leche disuelve la maicena, hasta que no quede ni un solo grumo y mézclalo en un bol con las tres yemas. Lo vuelves a poner todo en el cazo a fuego medio, (sin la piel del limón) y sin parar de remover, espera a que espese. A los 5 minutitos ya verás como ha cogido cuerpo. Pero debe ir a la nevera, que el frío también hará que espese más. Así que tenlo en cuenta. Cuando tenga el espesor que desees, viértelo en otro recipiente para enfriarlo. Yo tenía congelado un bote del último día que preparé, y la verdad es que fue un experimento, y funciona! Solo hay que dejar descongelarlo solo y escurrir un poco el agua que se forme. Es cierto que no tiene ni la misma textura ni el mismo sabor que recién preparada, pero es un recurso que va bien saber.
Solo queda montar el brazo de gitano. Puedes hacer una capa fina de crema encima de toda la masa y enrollarlo, o bien se puede poner mucho más relleno solo en la mitad de la masa y se cierra en forma cilíndrica. Las dos maneras son válidas, tu eliges como siempre. Yo he preferido la segunda. Para no molestarme demasiado en la decoración, he hecho algunos cortes en la parte superior y lo he espolvoreado con un poco de azúcar glas, como puedes ver en la foto.

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Se sirve en frío, así que guárdalo en la nevera hasta la hora de comer. Si en vez de comprarlo en la pastelería sorprendes a tus amigos con un brazo de gitano casero, además de salvar la comida quedarás super bien delante de todos.
Dale un toque dulce a tu día. Y si endúlzas la de los demás aún mejor! Hasta la próxima golos@s!

Un comentario en “BRAZO DE GITANO

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