MIGUELITOS O MILHOJAS

Muy buenas tardes!
Sé que ésta semana he tardado un poquito en publicar un nuevo post, pero debo confesaros que no he tenido tiempo. Después de ponerme las botas el pasado fin de semana con éstos dulces, he tenido que hacer un extra en el gimnasio para no tener ese sentimiento de culpa; y como no…las agujetas y el cansancio han hecho su trabajo y no he «tenido tiempo» para nada, jejeje. Pero no quería dejar de compartir con vosotros éstos dulces.
Reconozco que normalmente digo que se trata de un receta fácil de preparar, pero es lo que busco: que os atreváis con la repostería, que aunque hay ocasiones que si que es más complicada (todo lo que sea decoración artesana lo es), pero que para el día a día hay recetas muy sencillas y deliciosas. Y ésta no es menos! De verdad, de verdad verdadera que es muy simple la preparación de los Miguelitos. Tomad nota de lo que se va a necesitar:

  • 1 lámina de masa de hojaldre
  • 3 yemas de huevo
  • 1/2 L de leche
  • 100 gr de azúcar
  • Piel de 1 limón
  • 25 gr de maicena
  • Azúcar glas

En éste caso los hice de crema pastelera (que es lo más típico, y porqué me lo pidió así mi suegra… ;)) pero lo cierto es que es un postre que acepta cualquier relleno: merengue, crema de cacao, trufa o lo que queráis. Yo os cuento como los preparé yo.
Como compré un hojaldre congelado, lo dejé atemperar hasta que fuera un poco maleable y poder trabajar con él. Si la masa que habéis encontrado es la fresca, como es lógico, os podréis ahorrar éste paso. Bueno, la cuestión es que tenemos que estirar la lámina en lo alto de un papel de horno, y cortarla en cuadrados. Podéis darle la forma que más os guste, pero es la forma más sencilla y también más rápida. Con el horno precalentado a 200°C , el calor arriba y abajo, vamos a hornear los cuadrados de hojaldre durante unos 18-20 minutos. Vais a ver como se van hinchando y tostando. Dependiendo del horno el tiempo usado es un poco relativo, así que tenéis que ver que estén doraditos pero que no se tuesten. Cuando los veáis así, sacarlos del horno y dejarlos enfriar en una rejilla.
La crema pastelera nos llevará un ratito y es mejor que la tengamos lista de antemano. En un cazo pondremos la leche (menos un poco que habremos apartado en un vaso), con el azúcar y la piel del limón a calentar a fuego lento y lo dejaremos durante unos 10 minutos.
En el vaso de leche disolveremos la maicena, hasta que no quede ni un solo grumo y lo mezclaremos en un bol con las yemas de los huevos. Vertemos la mezcla de la leche aromatizada y batimos bien. Y lo volveremos a ponerlo todo en el cazo a fuego medio, habiendo sacado ya la piel del limón. Sin parar de remover con una varilla, vamos a esperar a que espese nuestra crema. A los 5 minutitos ya veréis como ha cogido cuerpo. A más tiempo en el fuego, más espesa será. Pero debe ir a la nevera, que el frío también hará que espese más. Así que tenerlo en cuenta. Cuando tenga el espesor que queráis,  lo vamos a verter en otro recipiente para enfriarlo. Y en la nevera puede aguantar tranquilamente 3-4 días.
Ahora ya tenemos por un lado el hojaldre horneado y por otro la crema pastelera ya preparada. Nos queda el montaje de los dulces. Hay dos posibilidades: coger dos cuadraditos enteros para rellenarlos o bien, como hice yo, partir cada uno de los cuadraditos por la mitad. De ésta manera me salieron más cantidad y pensaba que no se harían tan «pesados» con menos cantidad de hojaldre para cada uno. Sea como sea, hay que hacer tipo sándwich: capa de hojaldre, crema pastelera y capa de hojaldre. Y los espolvorearemos con azúcar glas por encima. Y éste es mi resultado:

miguelitos de crema

Para no desaprovechar las claras de los huevos, también rellené alguno con merengue francés, y los tuve que volver a hornear a 80ºC por una hora más, para que estuviera cocido y no se desparramaría por todos los lados. Pero debo haber hecho algo mal, ya que la parte inferior de hojaldre quedó reblandecido y pegajoso (aunque igual de ricos).

miguelitos crema y merengueEn ésta foto podéis ver uno de cada: en primer plano uno de crema y detrás uno de merengue. Buena pinta, verdad?

Por la parte de La Roda (Albacete) son conocidos como Miguelitos, pero en la mayoría de lugares se les llaman simplemente milhojas. Pero también sé que por algunos países de centro-América la milhojas es otro tipo de dulce que no se parece demasiado a éste. Así que llamarlos como prefiráis: yo me quedo con los Miguelitos (que me es más gracioso!).
Y ahora que aquí en Catalauña estamos de fiesta por nuestra diada, pero que empezamos el fin de semana (en todos lados), porqué no aprovecháis para probar de hacerlos vosotros? Cualquier escusa es buena para un dulce!

Recordad en darle un toque dulce a vuestro día. Hasta la próxima golos@s!

MERENGUE, MERENGUE!

Buenos días a tod@s!!!!

El otro día, en cuanto vino mi hermana y mi cuñado a casa, me pillaron en la cocina haciendo de las mías. Y es que quería aprovechar las claras que me habían quedado (de los huevos utilizados para los tocinillos), y lo que se me pasó por la cabeza: una cosa fácil y rápida con claras….merengue! Y empecé a hacerlos a ojo. Y haciéndome un poco la enteradilla (que nunca lo hago, y sé que no debo porqué siempre al final sale mal) le respondo a mi hermana que estoy haciendo merengue francés, a lo que me contesta con un ¿qué? Yo recordaba haberlo hecho hacía años, y la verdad es que no era demasiado complicado: las claras al punto de nieve, con azúcar y al horno.

MerenguesÉsta es la pinta que tenían antes de entrar al horno.

Que ingenua fui! En cuanto los saqué del horno me di cuenta que eran unos truños…. una masa blanda y pegajosa aplastada en la bandeja. Así que no me quedó otra que agachar la cabecita (y bajar mis «humos»). Y fue en ése momento en el que recordé porqué en repostería es tan importante seguir las recetas al milímetro!

Ya había leído anteriormente que hay distintos tipos de preparación del merengue, pero sinceramente no me había parado en mirar bien las cantidades de los ingredientes, ni el tiempo de cocción, ni de horneado. Y viendo la reacción que tubo mi hermana al decirle que eran merengues franceses….ésta semana he decidido compartir con vosotros una entrada diferente. Voy a explicaros lo que he ido aprendiendo en éstos días sobre el tema. Hay tres maneras de preparación (o tres tipos de merengue): francés, italiano y suizo.

MERENGUE FRANCÉS: es el más simple de preparar y el que la mayoría conoce. Se requiere tan solo de 4 claras de huevo, 250 gr de azúcar y una pizca de sal. Se baten las claras y la sal rápidamente para añadirle aire hasta que empiecen a blanquear y a ser más densas. Entonces se va añadiendo despacito el azúcar hasta que quede bien integrado. Estará al punto de nieve en cuanto si al girar el bol boca abajo, no se cae la mezcla. Siempre es mejor hornearlo, básicamente porqué la clara está cruda y podemos tener problemas de Salmonella con eso. El horno a baja temperatura, unos 90-100ºC, arriba y abajo, durante al menos dos horas. Dejar enfriar en el mismo horno apagado, toda la noche. Obtenemos un merengue seco que, si se guarda en un bote hermético, puede aguantar incluso algunas semanas. Si se hornea solo una hora, hora y media tendremos una capa crujiente por fuera y un merengue blandito por dentro.

MERENGUE SUIZO: no es complicado de preparar y con él, el riesgo de Salmonella desaparece ya que se lleva al fuego. Se necesitan 4 claras de huevo y 300 gr de azúcar, nada más. En un bol mezclamos los ingredientes y lo llevamos al baño maría (solo hace falta poner una olla con agua al fuego y el bol encima). Se va batiendo hasta que se alcance unos 50-60ºC, o si no tenemos un termómetro, hasta que el azúcar quede bien-bien disuelto. Después, se retira del fuego y se empieza a batir más rápido hasta que esté a punto de nieve. Éste tipo de merengue es ideal para rellenos de tartas, para decoraciones, para milhojas…. Se puede comer sin hornear, simplemente dorándolo un poco en el grill si se quiere. Pero si no se hornea es mejor consumir al momento, sino el merengue empieza a «sudar» (como digo yo) y a soltar un almíbar que deshará la forma que le hayamos dado. Si queremos hornearlo solo (no como parte de algún pastel o decoración, que entonces seguiremos siempre lo que nos indique la receta), seguiremos los pasos que he explicado antes.

MERENGUE ITALIANO: aunque es el más laborioso de preparar, y también el más «peligroso», el resultado obtenido es espectacular. Se utilizan éstas cantidades: 3 claras de huevo, 150 gr de azúcar y 40 ml de agua. En éste tipo si que es recomendable tener un buen termómetro (especial para azúcar), ya que se debe hacer un almíbar con el azúcar y el agua. En un cazo a fuego medio, se va mezclando hasta que llegue a una temperatura de 110ºC. Aquí hay que tener mucho cuidado al manipularlo, porqué una quemadura con azúcar….duele mucho. Mientras se van montando las claras a punto de nieve en un bol a parte, y se va añadiendo el almíbar poco a poco (que caiga en forma de hilo) sin parar de batir. El merengue que nos queda es brillante y sedoso (y sin riesgo de Salmonella), ideal para postres más elaborados como las islas flotantes. Al igual que el merengue suizo, también se puede consumir así, pero de inmediato, o si se quiere, hornearlo como el merengue francés.

Hay muchos postres que contienen merengue en su receta, como mousees, pavlovas, bases de tartas, soufflés, base de macarons…. Y en cada uno de ellos debemos tener en cuenta qué tipo vamos a necesitar. También se pueden aromatizar con ralladura de limón, canela, naranja…. Solamente tendremos que añadirlo al final (antes de hornear). Espero que os sirva la información para que de ahora en adelante, no os salgan un churro aplastado como a mí. Y siempre, siempre….seguid lo que dice la receta, que si hay posibilidad de alguna modificación, también os lo pondrá. No seáis tan impulsivos como lo fui yo! Ya me diréis como os ha salido. Hasta pronto!