FLAN DE HUEVO

Muy buenas a tod@s, golos@s:

La receta de ésta semana es una de las más tradicionales que hay; se trata del flan de huevo. Y digo que es una de las más tradicionales, porqué la misma receta que ya se usaba en la edad media es la que se conoce hoy en día; aunque en época de romanos (cuando empezaron a domesticar pollos y a recoger los huevos) ya existía su antecesor, que se realizaba con miel en vez de azúcar. Y después de que una compañera del trabajo me hiciera una pregunta relacionada con su cocción, me vinieron a la memoria momentos muy divertidos, todos relacionados con los flanes.

Cuando yo era pequeña, mis padres me mandaban de colonias (o campamentos, convivencias… como los conozcáis vosotros) durante las vacaciones de verano. Iba muy contenta, ya que estaría unos días sin mis padres y sabía que con los compañeros me lo pasaría en grande: juegos, piscina, excursiones, historias, cuentos, vivencias de todo tipo…. Un año, no debería tener más de ocho añitos, que en sí ni me acuerdo del lugar, ni exactamente con la gente que estaba. Pero sí que se me quedó grabada la imagen de uno de los monitores: el día que tocaba flan de postre en el comedor, él los hacía desaparecer de un solo mordisco, hacía magia! Y como todos los niños queríamos ver el truco, el pobre se hartó de flanes y muy pocos fueron los niños que también los probaron. Incluso me acuerdo que cuando se acercó a mi para enseñarme como los hacía desaparecer, me puse a rogarle que no lo hiciera que yo quería comerme mi flan, pero me engatusó de todas las maneras diciéndome que no me iba a quedar sin, y se comió mi postre. 😭 Qué inocente que era! Desde entonces, cada vez que veo a alguien comerse de una sentada un flan, tengo ése flash y aparece una sonrisa en mi cara.

La verdad es que en casa siempre compraban los flanes en el supermercado, con sabor a vainilla, pero de vez en cuando mi madre se ponía a cocinarlos ella. Y mis hermanos encantados, ya que preferían el casero de huevo antes que el comercial de vainilla. Aunque yo, como siempre, tenía que llevarles la contraria….y me gustaban más los otros. Pero con el paso del tiempo, reconozco que tienen un toque muy especial, que cada vez aprecio más. Y hoy quiero compartir la receta que hacía mi madre con todos vosotros. Así que os dejo con la lista de la compra:

  • 6 huevos L (o 5 XL)
  • 200 gr de azúcar
  • 750 ml de leche
  • caramelo líquido (o 3 cucharadas soperas de azúcar con gotas de agua)

Si donde vivís es difícil de encontrar el caramelo líquido, no os apuréis, que es muy fácil de hacer. En un cazo poned las cucharadas de azúcar con una cucharadita (de postre) de agua, a fuego medio, y sin dejar de remover hay que esperar a que tenga un ligero color tostado (muy oscuro significa que se os ha quemado, y amargará el postre). Y ya tenéis el caramelo listo. Debéis cubrir el fondo de las flaneras, incluso también parte de las paredes. Yo he usado tanto flaneras metálicas individuales (de las rígidas) como de las desechables de aluminio, para poder resolverle la duda a mi compañera. Pero si queréis usar un único molde grande también se puede.

20150905_111211

En un bol hay que mezclar los huevos (cuanto más frescos sean mejor, y si ya tenéis vuestras propias gallinas en casa….ya sería la perfección!), el azúcar y la leche. Siempre en postres es mejor que uséis la leche entera de vaca, pero tranquilamente podéis utilizar la desnatada, o incluso alguna de las vegetales (aunque éstas variarían el sabor final, así que ojito). Hay que batir con las varillas hasta que quede todo bien homogéneo, sin un solo granito de azúcar por disolver. Toca repartirlo en las flaneras, si lo hacéis como yo, en las individuales (si es un solo molde, pues no hay que repartir….por supuesto).

Colocad los moldes encima de la bandeja del horno, y luego añadirle agua suficiente como para que haga de baño maría, sin que haya peligro que entre en contacto directo con el flan. Un dedo de agua suele ser suficiente. Y hay que hornearlos al menos durante 30-35 minutos en caso de los moldes pequeños, o una hora en caso de un solo molde grande. Os recomiendo que para que no se forme una capa seca, tapéis las flaneras con papel de aluminio: ya sea de una en una, o a lo fácil….toda la bandeja al completo. El horno está muy caliente, a 200ºC, y el agua se evaporará, por eso hay que ir controlando que no se quede sin agua, así que tenedlo en cuenta. Pasado éste tiempo, comprobad que estén completamente cuajados, con la ayuda de un palillo; sino, dejarlos unos 5-10 minutos más.

Cuando los saquéis del horno, esperad a que se atemperen antes de ponerlos en la nevera. Mantenedlos en el molde hasta que se vayan a comer. Entonces podréis elegir si comeroslos directamente del molde o bien los presentáis en plato. Para que vierais el resultado de como me han quedado a mi, los he puesto en plato (con un poquito de nata 😛 ).

flan de huevo

¿Podéis apreciar los agujeritos en su superficie? (Sé que la foto no es de muy buena calidad) Eso nos indica que son de huevo y caseros. Si en cualquier restaurante os sirven un flan sin esos agujeritos, podéis garantizar que no son caseros! (al menos sin añadirle ningún producto extra….). Probarlos y ya me contareis. Y si os atrevéis a hacerles el truco a vuestros hijos, sobrinos, nietos….me gustaría que lo compartáis conmigo también. Seguro que quieren saber hacer magia como vosotros. Cread dulces momentos siempre que tengáis ocasión, porqué cada vez que se acuerden tendrán una sonrisa que les acompañe. Hasta la próxima golos@s!

Deja un comentario