TARTA DE ZANAHORIAS

Saludos a tod@s los golos@s!
Aquí me tenéis una semana más dispuesta a compartir con vosotros una receta de lo más rica y sencilla de preparar.
Hace unos días fue mi cumpleaños y me tocó trabajar en el laboratorio. Decidí  «celebrarlo» con todos mis compis, que son unos cuantos! Alguna compañera ya me había dicho que la próxima vez que llevara algo no fuera de chocolate, como las últimas veces…. Me puse en la cocina y preparé una tarta de zanahoria (o Carrot cake si me pongo en plan fashion, jejeje) lo suficientemente grande para que más de 30 personas pudieran probarla.
Es una tarta muy típica en EEUU, pero hace relativamente poco que se empieza a degustar aquí. Y creo, que eso de poner una verdura en un pastel…a más de uno aún le cuesta. Yo era una de éstas, y ahora puedo decir que no sabía lo que me estaba perdiendo! Qué buena, dulce, esponjosa….mmmm ya salibeo solo de visualizarla en mi mente. 😋😋 Tiene un sabor suave a zanahorias, pero también deja ver los sabores de resto de ingredientes. Y hablando de ingredientes….. porqué no tomáis nota de lo que se necesita?

  • 420 gr de harina
  • 6 huevos
  • 1 sobre de levadura
  • 200 gr de aceite
  • 150 gr de leche
  • 2 cucharaditas de canela en polvo
  • 450 gr de zanahorias
  • 420 gr de manzanas
  • 360 gr de azúcar
  • zumo de 1 limón (opcional)
  • 250 gr de mantequilla
  • 450 gr de azúcar glas
  • 250 gr de queso cremoso
  • 6 cucharaditas de leche
  • colorante naranja y verde (opcional)

Sé que la lista es larga, pero que no sea la excusa para no probar ésta tarta! Contad que las cantidades que os estoy dando es para una tarta muy grande, utilicé una bandeja de horno (un poco más pequeña de lo habitual) e hice dos planchas de bizcocho. Que si ponéis éstas cantidades en un molde normal de 25 cm….os va a quedar muy gruesa y puede que tengáis algún que otro problemilla. Pero es cuestión de probar…. Aunque creo que con la mitad de todo os saldrá bien.
Ya sabéis que para hacer cualquier receta de repostería, es mejor tenerlo todo listo en la encimera antes de empezar a mezclar los ingredientes. Así que lo primero que hay que hacer es limpiar bien las zanahorias, cortales las hojas y pelarlas. Tened en cuenta de pesar alguna de más, porqué las pieles pesan lo suyo. Ralladlas con un rallador, o si lo preferís, podéis pasarlas por la picadora y dejarlas muy pequeñitas. Yo lo hice así (menos trabajo manual, jejeje). Y las vamos a apartar por ahora.
Haremos lo mismo con las manzanas. El peso que os he indicado equivale a unas 3 manzanas y media de tamaño pequeñas-medianas. Las manzanas se oxidan muy rápidamente, por lo tanto hay que trabajar rápido, o bien dejarlas en agua con un chorrito de zumo de limón antes de picarlas para que no cojan ése color marrón tan feo, y rallarlas en el momento de utilizar. Si optáis por ponerlas a remojo, acordaos de pasarlas por un papel absorbente antes de rallarlas, para sacarles el exceso de agua.
Haremos una mezcla con la harina, la levadura y la canela, que tendremos que tamizar bien. Reservamos la mezcla. Ahora ya está todo limpio, rallado y pesado sobre la mesa. Pues a empezar!
En un bol grande vamos a mezclar los huevos con el azúcar y el aceite hasta que quede bien integrado. Poco a poco añadiremos la mezcla de harina, procurando que no queden grumos. Cuando ya esté todo mezclado, añadiremos la zanahoria y la manzana de golpe. Con la ayuda de una espátula (o una cuchara grande…da igual) mezclamos todo hasta que la masa cubra por completo cada trocito de manzana y de zanahoria.
Tendremos el horno precalentado a 180°C . Yo aquí dividí la masa en dos partes iguales. Extendí la mitad en la bandeja de horno engrasada y la horneé durante 25 minutos, con calor arriba y abajo y la bandeja a media altura. Repetí luego con la otra mitad. Si habéis optado por probar éstas cantidades en un molde….tardará más en cocerse (calculo a ojo-cubero que unos 40-45 minutos), así que ir mirándolo con un palillo.
Mientras se enfría el bizcocho (por falta se tiempo lo puse en la nevera…y me fue de fábula) vamos preparando la crema. Es muy fácil: batir el azúcar glas con la mantequilla blanda. Tapad un poco el recipiente porqué se formará una humareda!!…. Añadirle la leche para facilitar que se integre todo. Y por último se le añade el queso cremoso, que debe estar bien frío. Vamos batiendo de menos a más velocidad, cuanto más rato se bata más consistencia tendrá. Lo guardamos en la nevera hasta que se vaya a usar.
Para el montaje de nuestra carrot cake vamos a hacer lo siguiente: capa de bizcocho (si solo lo habéis hecho en una vez, tendréis que cortarlo por la mitad) y capa de crema. Yo lo hice en dos capas. La superior de crema intentad dejarla lo más lisa posible. Aquí es donde yo quise decorar un poco, de modo que separé un poco de crema de queso antes y la dividí en dos partes: una la teñí de color verde y la otra naranja. Puse cada crema en un bolsita de éstas tipo zip y corté una esquinita (a modo de manga pastelera) y empecé a hacer zanahorias por todo lo alto de la tarta. Pensaba que eran muchas….pero al final me gustó como quedó.
image

¿ Qué os parece a vosotros? Quedó la mar de mona! Y muy, muy buena. No es que lo diga yo solamente, todos los compañeros quedaron encantados con la tarta. Gustó tanto que tuve que «vigilar» que llegara para todos (incluidos los del siguiente turno), simplemente volaba. Llegué a tiempo de poder hacerle ésta foto, para que vierais el interior:
image

No es de gran calidad la foto….lo sé. Pero lo importante es el sabor! Tenéis que probarla, en serio! Una tarta diferente, con verdura incluida: dulce y sana a la vez, jejeje ¡Qué se puede pedir más! Hacerla en casa y me decís. Y si queréis «conservar la línea» y hacerla más «light», basta con hacer el bizcocho sin la crema. Ideal para desayunar con el café con leche o para merendar los peques. La cuestión es darle un toque dulce a vuestro día. Hasta la próxima golos@s!

TARTA DE MANZANA

Saludos golos@s!!!

Desde el primer momento en que dije a mi familia que empezaba con éste blog, y que mi intención era la de hacer un postre diferente cada semana, ya se les hacía la boca agua de pensar que les traería una tarta de manzana. A mi madre en concreto, le chifla. Así que aprovechando que ha sido ésta semana su cumpleaños, le regalé una por sorpresa: cuando llegó de trabajar se la encontró en la nevera! Y fue una decisión también un poco precipitada (como muchas de las que tomo siempre), porqué se me ocurrió la idea el día antes mientras estaba yo en el trabajo: «Seguro que si le hago una tarta de manzana, le va a encantar! Y sin que se la espere….menuda sorpresa se va a llevar!» Así que llamé a mi novio para que me fuera a comprar un par de cosillas que no tenía, entre ellas las manzanas. Pero todo lo que se necesita para hacer ésta tarta es:

  • 2-3 manzanas
  • 1 «hoja» de masa brisa
  • 500 ml de leche
  • 2 limones
  • 200 gr de azúcar
  • 50 gr de maicena
  • 6 yemas de huevo

Me hubiera gustado hacer por completo la masa…pero como fui impulsiva en la decisión no me quedó otra que comprarla ya hecha. Sé que normalmente las tartas de manzana que se venden en pastelerías son de hojaldre, pero yo quería hacerlo tipo tartaleta, así que la mejor opción es la masa brisa (es casi igual a la que hice para las tartaletas de fresa). Y de ésta manera seguro que a vosotros también os queda igual 😛

Seguimos las instrucciones del paquete, pero suele decir que se deje atemperar un tiempo antes de abrir y extender la masa. En mi caso, tuve que esperar unos 20 minutos para ello. Bueno, ya que tenemos la masa lista, hay que cubrir nuestra tartera (o un molde que no sea demasiado alto), teniendo en cuenta que debe estar engrasado anteriormente. Un poco de aceite de girasol, o de mantequilla, y harina haciendo una fina capa para que sea más fácil desmoldar después. Vamos, como siempre! Id acomodando la masa en el molde sin apretarla ni estirarla mucho, ya que es frágil y se rompe enseguida. Seguramente que va a sobrar un poco de masa por el borde de la tartera, así que lo vamos a recortar a ras de éste con la ayuda de un cuchillo. Y antes de hornearla, acordaros de pinchar con un tenedor toda la base, para que no se hinche con el calor. Y directamente al horno, ya precalentado a 180ºC, con calor arriba y abajo, durante unos 10 minutitos. Ahora es un pre-cocinado; luego se terminará de hacer bien.

Mientras, podemos ir preparando la crema pastelera para el relleno de nuestra tarta. Paso a paso: separamos unos 100 ml de leche (a ojo, eh!) y disolvemos la maicena. El resto de la leche la ponemos en un cazo, junto con la corteza del limón, y lo ponemos a calentar. Cuando arranque a hervir, apagamos el fuego y la dejamos que se vaya enfriando. Por otro lado, batimos las yemas de los huevos con 150 gr de azúcar con una varilla. Cuando esté bien integrado, añadimos la maicena disuelta en leche y seguimos mezclando. La crema pastelera es lo que tiene….hay que batir sin parar. Apartamos la piel del limón de la leche, y la vamos incorporando despacito a la mezcla anterior, sin dejar de batir. Una vez ya está todo homogéneo, se vuelve a poner al fuego, y ahora con una cuchara de madera, y con un calor medio, vamos mezclando unos 5 minutos (aproximadamente), o hasta tener la consistencia que nos guste. Yo prefiero bien espesita… Sobretodo: es importante no dejar de mezclar, ya que se quema fácilmente! Y no queremos eso. Y mi toque: añadir el zumo de un limón, mezclamos y ya tenemos la crema pastelera. La reservamos tapada con un film a ras, para que no haga corteza. Una vez esté fría, se puede dejar en la nevera, hasta 2-3 días después.

Pero, qué clase de manzana se usa? Recomiendo la que más os guste: pero si es un tipo de manzana más bien ácida, tendremos en cuenta de poner un poco más de azúcar para contrarrestar. Yo utilicé la variedad Fuji: es una manzana rojiza, pequeñita y más bien tirando a ácida, sin llegar a tener la acidez de las Grand Smith (esas verdes, casi radioactivas, jejeje), pero es que a mi me gusta ésta acidez.
Lavamos las manzanas, las partimos por la mitad y le sacamos el corazón. No las he pelado, pero ésto a vuestro gusto. Las cortamos en láminas finitas. Si sois de los que no tienen prisa en la cocina, recordad que se oxidan muy rápido y es cuando se ponen oscuras. Para evitarlo, id poniendo las láminas en un bol con agua y jugo del otro limón, hasta que se vayan a utilizar.
Y ahora, a montar nuestra tarta: ponemos la crema pastelera sobre la masa medio horneada y las láminas de manzana encima. El diseño queda a vuestro cargo. Y otra vez al horno con la misma temperatura. Va a estar entre 45- 60 minutos. Para que no se seque mucho la manzana, hay que ir regándola con un almíbar clarito (los 50 gr de azúcar que quedaban con un vaso de agua).
Así es como me quedó la mía! Que buena pinta, eh!

tarta manzana

A mi madre le encantó, y a mis hermanos también. Y me tendré que fiar de lo que me comentaron, ya que no la pude catar. Aunque también me dijeron algún contra que le encontraron: la manzana quedó un poco cruda (le faltaba tiempo de cocción). Eso si, me mandaron ésta foto, y mirad el relleno de crema….dan ganas de hincarle el diente (y me quedé con las ganas 😦 ).

relleno t. manzana

Pero para la próxima que haga tengo que anotar un par de truquitos que he leído para que quede perfecta: uno es, para reducir tiempo de horneado, mejor cocer las manzanas troceadas unos 5 minutos, y otro es utilizar una gelatina densa en vez del almíbar. Tendré que hacer más pruebas…
¿Y vosotros? Contadme como la habéis hecho, como os ha quedado, si os gusta más o menos dulce….espero vuestros comentarios.

BIZCOCHO DE YOGUR AL ANIS

Buenas, que tal? Ya habéis empezado con la rutina del trabajo y del cole?
Aquí en Cataluña, el pasado lunes fue el día de la mona. Es tradición que el padrino regale al niño/a un pastel decorado con un huevo de chocolate, o tantos huevos como años tenga el peque. Quien dice huevo…dice figurita, que ahora se ve de todo! Pero la verdad es que las pastelerías se «pelean» por ver quién hace el mejor diseño en chocolate, con lo que lleva a subir el precio final del pastel.
En mi caso, como mi abuelo fue pastelero toda la vida, siempre nos hacía él las monas para todos los primos. Se pasaba horas preparando las figuritas: normalmente era una casita (como una masía) de chocolate negro, con la puerta abierta y algún árbol y planta de adorno. Como olía la casa entera a chocolate! Lo fundía y lo tiraba encima el mármol para trabajarlo (templar el chocolate se llama a ésta técnica). Yo creía que eran locuras de mi abuelo…. Las recuerdo con mucho cariño, a parte de lo sabrosas que eran. Y yo quería hacer una mona como esas para enseñárosla, pero tuve algún traspié. Trabajo en un hospital, y me tocó guardia éstos días, así que no pude comprar los ingredientes necesarios. Pero me apetecía un dulce para ese día, y viendo de lo que disponía empecé a hacer un bizcocho.
Por un ratito me vi a mi misma cuando empecé a hacer postres en casa de mis padres con 12-13 añitos; sin tener la menor idea de técnicas, sin más que un único molde y como mucho una varilla y sobretodo sin disponer de Internet (con lo que nos ayuda ahora 😛 ). Mezclando todos los ingredientes sin más. Todo de golpe! A lo loco! Y ésta vez lo hice de la misma manera, ya que para entonces me quedaban unos bizcochos muy esponjosos y quería precisamente eso. Utilicé lo siguiente:

  •  3 huevos M
  •  1 yogur blanco ( 1 medida «yg»)
  •  2 yg azúcar blanco
  •  3 yg harina
  •  1 cucharadita levadura
  •  1/2 yg aceite
  •  2 cucharadas de licor de anís
  •  fresas para decorar

Ya os he comentado que en ésta ocasión no hay pasos a seguir. Se mezcla todo en un bol: el yogur lo primero para disponer de nuestro medidor! Si queréis id añadiendo los huevos uno a uno para facilitar que se integren bien, y un consejito: si los cascais a parte os evitaréis sorpresas (ni trozos de cáscara por medio, ni que uno en mal estado estropee toda la preparación). Y si preferís tamizar la harina junto a la levadura, a éstas alturas ya sabréis que siempre es mejor.
Simplemente dos cosas:
1.- Tened el horno precalentado a unos 170-180°C antes de empezar.
2.- Una vez se meta la masa al horno no abráis la puerta mínimo hasta 20 minutos después. Evitamos así la diferencia de temperaturas que pueden estropear nuestro bizcocho. Con un palillo comprobaremos cuando está hecho, si al pinchar éste sale limpio (entre 30 y 45 minutos, siempre dependiendo del molde que tengáis). Cundo se enfríe lo podéis decorar con un poco de azúcar glas por encima, o como hice yo: unas fresas dieron el punto de color.

B. yogur y anis x2

 

Como podéis ver es un bizcocho muy sencillito con un toque a anís, pero que puede tener muchas variantes. Si os gusta notar el sabor del licor lo mejor es que lo dejéis enfriar, lo abráis por la mitad y lo «emborracheis» directamente con un pincel. Que en vez de anís queréis otro licor…. perfecto. Que tenéis niñ@s en casa y creéis que no deben probar ni una pizca de alcohol….pues ponéis un yogur de su sabor favorito y prescindis del anís: de fresa (para más sabor se le puede añadir una cucharadita de mermelada) o de limón (la ralladura dará ese frescor característico). Sois de los que piensan que un bizcocho está desnudo sin su cobertura? De chocolate, nata montada, crema de queso, etc. A vuestro gusto, que para gustos colores (y sabores!). Dejad correr la imaginación….y luego me contáis. Si?

TARTA SUPER-CHOC

Muy buenas!

Ya os comenté que marzo es para mi un mes lleno de cumpleaños, y éste pasado domingo 29 fue el último del mes, pero el que más me apetecía celebrar. Mi novio cumplió los 35 años!

En un principio no podría celebrarlo junto a su familia, ya que me tocaba guardia en el hospital el fin de semana. Es lo que tienen los hospitales….que se trabaja cada día. Pero gracias a una compi y a «chanchullos» de los nuestros, al final tuve fiesta. Y lo supe tan solo un par de días antes, con lo cual tenía que darme prisa en hacerle la tarta. Miré los ingredientes disponibles, miré diferentes recetas y también barajé las posibles combinaciones y gustos de los que íbamos a ser. «A mi me gusta la crema», «yo prefiero el chocolate», «mejor con nata, no?». No se ponían de acuerdo, y eso que seríamos pocos, así que decidí hacer una tarta de chocolate rellena de nata, que es el sabor favorito del cumpleañero.

Después de estar investigando un poco todas y cada una de las recetas de bizcochos y tartas de chocolate de las que dispongo en casa (que no son pocas) me decidí a probar una nueva versión propia de la tarta «básica» de Alma Obregón en su libro Objetivo: tarta perfecta.  

PicsArt_1427883313207

   En su receta pone la cantidad para moldes de 15 cm, pero para variar tuve que modificar éstas cantidades porqué el molde que tengo es de 25 cm. Prefiero daros éstas que usé yo, ya que la mayoría de nosotros tenemos el mismo tamaño de molde (no vamos a tener de todos los tamaños y formas….no cabríamos en la cocina 😛 ). Así que tomad nota:

  • 160 ml de aceite de girasol (o 170 gr de mantequilla)
  • 450 gr de azúcar blanco
  • 300 gr de harina
  • 100 gr de cacao puro
  • 2.5 sobres de levadura
  • 4 huevos M
  • 250 ml de leche
  • 2 cucharaditas de extracto de vainilla
  • 200 ml de agua hirviendo
  • 1 L de nata para montar (para decorar)

Tengo que deciros que no disponía de las cantidades de azúcar blanco, así que lo mezcle con azúcar moreno (hasta conseguir lo necesario) y como tampoco nos gustan los bizcochos demasiado dulces rebaje el total (la receta del libro habría sido medio kilo). Bueno, a parte de mis modificaciones particulares, me quedó una tarta muy rica y con  mucho, mucho sabor a chocolate (que eso si que lo quería conseguir). Pero seguro que si hubiera seguido estrictamente la receta original, me habría quedado más esponjoso. Eso si, los pasos los seguí tal cual.

Como siempre, precalentamos el horno a 180ºC y dejamos el molde engrasado (un poco de aceite o mantequilla por las paredes y harina por encima, si no disponemos de los sprays desmoldantes que hay ahora). También hay que tamizar la harina junto al cacao en polvo y la levadura, y reservamos la mezcla seca.

Se bate el aceite (en mi caso mantequilla semi-fundida) con el azúcar y se van añadiendo los huevos uno a uno hasta que quede una masa bien homogénea. Añadimos la mezcla seca poco a poco y sin dejar de remover. Si vemos que empieza a costarnos a mezclar, vamos alternando con la leche y la vainilla. Así que mejor si se hecha la mitad de los elementos secos, la mitad de los líquidos y repetimos. También conseguimos que se integre todo mucho mejor de ésta manera. Y por último se le añade el agua hirviendo y se sigue batiendo. Es la primera vez que veo que se le pone agua a un bizcocho, pero la experta es ella, así que yo le hago caso y lo pongo. Queda una masa muy líquida, que ponemos en nuestro molde.

Con calor arriba y abajo (como casi siempre en repostería) hay que hornear nuestro bizcocho unos 50-60 minutos, o al menos es lo que me tardó el mío en estar hecho. Pero id comprobándolo con un palillo; cuando salga limpio de masa, es que ya está. Hay que dejarlo enfriar muy bien antes de cortarlo y rellenarlo, así que dejadlo en una rejilla una horita tranquilamente.

Mientras podemos ir preparando el relleno. En éste caso no me maté demasiado: monté la nata, con un poco de extracto de vainilla (para darle un poco de sabor, pero que no es necesario) y un poco de azúcar para que aguante más estable. A esto ahora se le llama crema chantillí.

En cuanto pude, corté el bizcocho por la mitad, con cuidado porqué es frágil, y lo rellené con la crema chantillí. Puse la otra mitad del bizcocho y lo cubrí con más nata. Y para darle un toque diferente, espolvoreé un poco de cacao puro por encima.

tarta super-choc

 

El acabado fue en plan rústico, pero lo importante es que quedó muy sabrosa y a todos les gustó. Mi novio hasta repitió y todo! Así que yo contentísima de saber que les gustó tanto. Y mirad el interior…

IMG_20150330_180712

¿A que tiene muy buena pinta? ¿Te apetece un trozo, verdad? Pues os animo a que la probéis (ya sea mi versión más compacta) o la original de Alma Obregón, si lo que queréis es una tarta super-chocolateada. Es fácil de hacer y queda buenísima. Y como dice ella en el libro «¡puede causar adicción descontrolada y aumento de peso!»

 

 

 

TARTA SACHER

Buenos y lluviosos días a tod@s:

Ésta semana hemos dado la bienvenida a la primavera, y con ella a la lluvia y a las alergias pero también a las salidas al campo, a los momentos de picnic….y en mi caso también a muchos cumpleaños que celebrar. No sé porqué pero marzo es para mi un mes repleto de días que felicitar a gente. Y éste pasado fin de semana no fue una excepción: los 65 años de mi tío se tenían que celebrar a lo grande y qué mejor manera que reuniendo a toda la familia (o casi todos los que somos). Y mi tarea era sencilla: hacer la tarta. «Vanessa, tu como estás con esto de los postres…» me dijo mi tía. Tarea fácil en principio…porqué terminó siendo todo un reto personal. Nunca antes había hecho una tarta para casi 30 personas!

En cuanto empezamos a planear la fiesta sorpresa ya pensé en tartas de cumpleaños, y la que a todo el mundo gustaría seguro tenía que ser de chocolate. Y para mí, la tarta Sacher era la perfecta para la ocasión. Así que fui mirando diferentes recetas y aprendí varias cosas sobre ésta tarta: es original de Austria, pero su receta permanece secreta (como la fórmula de la Coca-Cola), ya que se atribuye a dos orígenes diferentes. Pero bueno…no os voy a explicar ahora la historia de ésta tarta! Como no se ponen de acuerdo ni sus propios «fundadores», en Internet hay montones de versiones diferentes. Yo, al final hice una que ya había probado antes y que realmente está exquisita. Queda con muchísimo sabor a chocolate, y aunque es contundente, no se hace empalagosa al paladar.

Como comprenderéis, yo he necesitado una mayor cantidad de ingredientes, pero para una tarta de tamaño normal (el molde que se suele tener en casa es de 25 cm, como para unas 8 personas), se necesita lo siguiente:

Para la masa:

  • 175 gr de azúcar
  • 175 gr de mantequilla
  • 175 gr de chocolate negro
  • 7 huevos L
  • 50 gr de almendra en polvo
  • 100 gr de mantequilla
  • 14 gr de levadura (1 sobre)
  • 1 bote de mermelada de albaricoque

Para la decoración:

  • 300 gr de chocolate negro de cobertura
  • 300 ml de nata
  • 50 gr de mantequilla
  • chocolate blanco

Lo primero que hay que hacer, es separar las claras de las yemas de todos los huevos. Y con la ayuda de una varillas eléctricas (si no tenéis, ya sabéis que vais a hacer brazo…) montamos las claras al punto de nieve. No se trata de un merengue, así que no hay que añadirle azúcar; solamente las claras. Y ésto nos dará una mayor esponjosidad a nuestro bizcocho. En cuanto las tengamos montadas, las reservamos. Y las yemas las dejamos batidas a parte.

claras punto nieve

En un bol, hay que tamizar la harina, la levadura y el polvo de almendras. Yo he usado un tamizador de éstos de tipo taza con unas «cuchillas» en el fondo, pero no es necesario disponer de ello. Simplemente haced pasar la mezcla por un colador de malla finita. Y no hagáis como hacen algunos que cuando ya han pasado toda la mezcla, vuelcan el colador y aprovechan también las bolitas más grandes que se forman. Se tiran, sin más. Guardamos la mezcla seca.

Tamizar

También hay que derretir el chocolate. Cuanto más puro y negro sea, mejor sabor tendrá nuestra tarta, aunque para el bizcocho no es necesario que sea un chocolate de cobertura. Así que ponedlo a trocitos pequeños en un cazo al baño maría e ir removiéndolo con una espátula hasta que esté totalmente deshecho. También se puede derretir al microondas; id removiendo cada 10-15 segundos (porqué es fácil que se queme). Cuando no quede ni un solo trocito de chocolate entero, dejamos que se enfríe.

Ahora que ya lo tenemos todo preparado y listo, empezamos a realizar nuestro bizcocho de chocolate. Vamos a mezclar la mantequilla (con textura pomada, blandita) con el azúcar. En cuanto esté bien mezclado, vamos añadiendo las yemas batidas poco a poco y sin dejar de batir. Si queréis añadir las yemas enteras, hacedlo de una en una, como os sea más cómodo. Es hora de añadir el chocolate fundido. Si está muy caliente es probable que aparezcan grumos en la mezcla, y es porqué las yemas se habrán cocido; así que es importante haberlo dejado atemperar. Seguid batiendo, y ahora añadid la mezcla seca. Ya lo tenemos casi todo, solo nos faltan las claras a punto de nieve. Pero nos interesa que se mantengan montadas y que no bajen, así que al incorporarlas a nuestra mezcla, lo vamos a hacer con movimientos envolventes y con mucho mimo.

Unta un molde con un poco de aceite de girasol (o mantequilla) y espolvoréalo con harina para que no se pegue el bizcocho. O puedes poner también un papel vegetal que nos ayudará a desmoldarlo luego. Vertemos la masa de nuestra tarta y lo ponemos al horno (precalentado siempre) a 175ºC  con calor arriba y abajo durante 10 minutos. Después bajamos la temperatura a 165ºC y seguimos horneando durante 30 minutos más. Recuerda que si tu horno dispone de ventilador,la temperatura será menor (unos 160º y después unos 150ºC).

Después de dejar enfriar el bizcocho, hay que cortarlo por la mitad, para rellenarlo con la mermelada de albaricoque. Es el toque especial de la tarta Sacher, pero si queréis cambiarla por una mermelada de fresa o frutos rojos podéis hacerlo. No es lo mismo….pero estará igual de buena. Podéis poner la cantidad que queráis, sin problema. Y luego lo tapamos con la otra mitad del bizcocho.

Para decorar la tarta, yo hice un ganaché de chocolate negro, pero también se puede cubrir solo con el chocolate fundido. Para hacer el ganaché puse la nata a hervir, y en cuanto empezó a subir, la añadí al chocolate (de cobertura, ésta vez si) troceado junto a la mantequilla fría. Queda una mezcla brillante y sedosa. Éste ganaché se puede usar de inmediato (vertiéndolo sobre la tarta), o dejar enfriar en la nevera para que quede más compacto. Así lo preparé yo. Y con un poquito de chocolate blanco derretido, hice algún detallito más. Y así es como me quedó.

sacher

 

 

 

trozo tarta sacher

DSC01959Ya os he dicho antes que marzo celebro muchos cumpleaños, y aunque en un principio solo se iba a celebrar el de mi tío, hubo más gente que se llevó una sorpresa. Así que todos soplaron velas.

  Mi hermana, que cumplió 28; mi pareja que cumplirá 35 éste fin de semana que viene, y el marido de mi prima, que cumplió los 40. Felicidades a todos vosotros.

¿Qué os ha parecido? Espero que os decidáis a hacerla en casa y ya me contaréis lo buena que os ha salido.